9 de noviembre de 2011

Un 9 de noviembre...

Seguramente la lista de acontecimientos que pondré a continuación les pareceran a ustedes tan insignificantes como la lista del super luego de hacer las compras. Sin embargo, mientras viajaba por la red me llamó muchísimo la atención que tantos y tales acontecimientos coincidan en el mismo día, un 9 de noviembre. Miren:

- En 1799, Napoleón Bonaparte establece el Consulado y, claro, se autonombra el primer cónsul. El primer paso dado para su eventual imperio.

- En 1918, Wilhelm II abdica su trono tras la derrota de Prusia en la Gran Guerra. Es la abdicación, por cierto, del último Kaiser alemán o, si lo prefieren, del último emperador de Prusia.

- En 1923, fracasa el Putsch de München orquestado por Adolf Hitler y Erich Ludendorff. El primer intento de Adolf Hitler por tomar, a la fuerza, el poder en Alemania.

- En 1925, en Alemania, se funda la Schutzstaffel, o sea, la SS. Nació entonces como guardia personal de Hitler y eventualmente se convertiría en el más importante organo de inteligencia y represión del reigmen nacionalsocialista.

- En 1938, tambien en Alemania, la misma SS. lleva a cabo lo que hoy se conoce como Noche de los cristales rotos, un ataque organizado a los comercios y ciudadanos judios de Alemania. Por seguro, la primer muestra abierta de las intenciones de Hitler que después llevarían al holocausto.

- Y en 1989, la que seguro se conmemora más, de nuevo en Alemania, la República Democrática de Alemania (Alemania oriental) decide la apertura de sus fronteras y, acto seguido, cae el Muro de Berlín.

El mero listado de acontecimientos debería bastar para que esta entrada cumpla pero, sólo para complementar, ahí les va una breve, arriesgada y por seguro infundada reflexión. Vayamonos, dijera Jack, por partes. No sólo me llamó la atención que fueran todos acontecimientos de suma importancia -al menos, para cada una de sus naciones- sino que, curiosamente, todos marcaron de alguna manera un antes y un después. Son, pues, guardando las escalas con otras fechas que así son consideradas: fechas hito.

Me explico: El 9 de noviembre de 1799, la Revolución Francesa pasó de ser ese levantamiento idealista de 1789, que pugnaba la caída del viejo regimen y acabó degollando a su monarca para convertirse.... en un imperio en todo el sentido de la palabra. De hecho, esa fecha es la que oficialmente se toma para determinar el fin de la Revolución Francesa pues en ese momento cayó el último de sus gobiernos (el Directorio) y cedio paso al Consulado. Bueno, es cierto que el consulado no era ya el imperio pero era el primer paso y no dudo en pensar que en la brillante mente de Napoleón ya formaba parte de sus planes para su eventual mandato.

El 9 de noviembre de 1918, Wilhelm II abdica su trono, se retira el último de los emperadores alemanes y, en adelante, nada habría de ser igual en ese país centroeuropeo. Si bien ya desde que el gran Otto von Bismarck uniera a los reinos bajo el mandato de Prusia se puede hablar de Alemania como nación, es hasta después de la derrota bélica y la abidación del imperio que, poco a poco -con la República de Weimar, con las pugnas políticas subsecuentes-, se fue conformando lo que a todos fines y sentidos es Alemania como estado moderno.

Los cuatro siguientes están asombrosamente unidos, tanto que sorprende que sean mera coincidencia. En 1923 fracasa el primer intento de tomar el poder de Hitler, el Putsch de München. ¿Qué antes y qué después marca?, uno bien importante que no se ve en términos de nación como los anteriores, sino en lo individual: le enseñó al pequeño bigotón austriaco que, por más bueno que fuera hablando y convenciendo a la gente, no podría tomar el poder a la fuerza y habría que adueñarse de él desde adentro. Lo que no te mata, en efecto, te hace más fuerte, y a Hitler ese tropiezo le dio gran fuerza.

El de 1925 y 1938 parecen unidos por el destino, por la fatalidad. En el primer año se forma un grupo policiaco y de inteligencia, una elite destinada a proteger a Adolfo Hitler y luego a comandar todas las actividades paramilitares de su regimen. Tiempo después, ya consolidada y con toda la autoridad legal y militar, la SS efectua el primer ataque abierto a los judios en Alemania al arrestar a miles de ellos y destruir una buena cantidad de sus negocios. Es obvio, lectores, el cambio que eso marca: antes eran palabras, amenazas, una que otro ataque nocturno a la población judia, pero después de ese 9 de noviembre se declaró la guerra franca a los judios y se empezo una serie de embates que terminó en el deplorable y asqueroso holocausto.

Y finalmente, el que menos presentación necesita -o debe necesitar-, el 9 de noviembre de 1989, la caída del Muro de Berlín. Aquel jueves, ciudadanos alemanes tomaron en sus manos, con marros, martillos y piedras, la disposición de la República Democrática Alemana de abrir sus fronteras a la República Federal de Alemania y derriban aquello que más que una columna de cemento era el simbolo de una división que cada vez se volvía más absurda. Una caída que encuentra sentimientos en la medida que es vista por unos -capitalistas, gringos, derecha- como la victoria última y por otros -socialistas, conunistas, izquierda- como la triste derrota y el fin de un sueño. Para mi, ajeno a ambas posturas quizá por no haberlas vivido ya de cerca, significa no otra casa que lo dicho. el término de una disputa absurda que incapaz de luchar en los terrenos que debía, se llevo entre las patas a un país que se vio lascerado por la más antigua y retrógada de las divisiones: la que entre más cemento y más altura tenga, más eficaz se considera.

No sé ustedes pero al menos este servidor considera, a partir de este 9 de noviembre, que este es un día especial por todo lo que paso, por tantos cambios que ocurrieron. No sé si sea un día para celebrarlo, conmemorarlo o lamentarlo, pero si para tenerlo bien presente y no olvidar que, en todos los planos y en todos los lugares, todo puede cambiar en un día. Eso enseña la historia, a ver que aprendemos de eso nosotros. A ver que aprendemos de un 9 de noviembre...

24 de octubre de 2011

Historia de una ida y una vuelta

Si reconocieron el guiño literario del titulo, congratulaciones. Sino, qué importa -están estadisticamente perdonados-, lo único que vale es que me pareció genial usarlo para esta entrada que es la conclusión de la anterior, en la que prometí una reflexión más extensa sobre mi partida de la ciudad o, si ustedes prefieren, sobre mi vuelta a Temascaltepec de González. Y lo prometido, en este blog, siempre es deuda.

Bueno, más que una conclusión es una entrada aparte y es una que no sé ni como empezar, como escribir y como terminar así que, con el perdón o la indiferencia de ustedes, la iré escribiendo según me vaya inspirando. A lo bestia, pues. Temascaltepec de González -en delante, Temas, para mayor comodidad- es, para decirlo en cinco palabras, el pueblo de la familia. De allí es originaria la familia de mi padre, y mi madre, si bien no es de ahi, pasó gran parte de su juventud y vida adulta en él antes de que decidieran mudarse a la ciudad de México.

A partir de ese momento, en que la ciudad acogió a mis padres y nos vio crecer a mis hermanos y al que esto escribe, tanto mis padres como nosotros "convertimos" a Temas en el lugar al que ibamos a distraernos, divertirnos y, claro, visitar a los muchos familiares que dejo atrás la partida. Por alguna azaroza -y acaso sicológica- razón, me cuesta enormidades recordar casi cualquier cosa que me ocurriera antes de mi adolescencia e incluso en ella y ciertamente mis recuerdos de infancia son pocos e inconexos, sin embargo, muchos de ellos -y muchos de los mejores- son de Temas.

De niño, muy niño, los recuerdos son escasos pero sé con certeza que todos son gratos. Cosas de niños, por seguro, juntarse con toda la "huachada" y correr de arriba abajo por las calles empedradas, bajar a la plaza o al kiosco a no hacer otra cosa que inventar juegos y agotarlos, echar la cascara y terminar el día con una nieve y un pan que a la fecha sigo sin saber como se llama pero era y es una delicia (a saber, un par de rebanadas de pan esponjosito con un relleno cremoso y rojo -de fresa, supongo- en el centro)

Más grande las memorias se hacen mayores y más nitidas. A eso de los diez años, por atinar un número, recuerdo que era imperante para mi levantarme temprano, muy temprano, e ir a caminar por el pueblo, una ruta distinta cada día, aunque ya las hubiera recorrido todas un sinfín de veces. Me encantaba caminar por el callejon de Los Ortigos, recorrer el libramiento del pueblo, el barrio de Milan y sobretodo subir hasta Los Tanques y luego bajar por las viejas escaleras hasta llegar a la Central Hidroelectrica de Temas, ruta que sin embargo hacía menos porque era de lejos la más pesada. Aunque lo que más recuerdo es que armaba un plan maestro para levantarme antes de las seís y media y casi correr al local de maquinas de video que estaba en el arco de la entrada, esperar a que el señor abriera y entonces gastarme mi dinero en las maquinas antes de que los demás llegaran a apañarlas y mi madre se preocupara por el desayuno.

Ahora que lo pienso, pasaba una cantidad asombrosa de tiempo en esas maquinas y las de la plaza. ¿Qué quieren que les diga?, los videojuegos han sido y seguramente seguiran siendo uno de mis más grandes vicios. Al volverme más grande, deje de ir tanto a esas maquinas y sólo lo hacía por las tardes pues por las mañanas me entretenía vagando por el pueblo o echando una cascara de baloncesto en la cancha del Sindicato Mexicano de Electricistas mientras que por la noche pasaba el tiempo en la plaza junto al puesto de tacos de mi tío Pancho o jugando fútbol en la plaza con toda la peña.

No obstante, lo que más recuerdo de esa edad -12, quizá 13- es el tiempo que pasaba junto a un amigo que conocí en el pueblo, Luis Alberto. Curiosamente, no recuerdo como le conocí o dónde o por qué, sólo sé que pronto nos hicimos muy amigos, casi hermanos, y que ibamos a todos lados juntos y la pasabamos, sin más, a toda madre. Yo me pasaba largos ratos en su casa, a la que por cierto era una travesía llegar y regresar, y eso formaba parte de la diversión; él llegaba bien temprano a casa de mi tía para buscarme e ibamos apenas asomaba el Sol a vagar, ora a las maquinas, ora a Milan, ora a la plaza, ora a Las Peñas, de lejos mi lugar favorito del pueblo y en el que ambos terminabamos las tardes con largas pláticas mientras disfrutabamos de la preciosa vista del pueblo que da ese sitio.

Pensandolo hacía atrás, eramos hermanos. Hermanos. Hace poco le vi de nuevo acá y la empatía ya no estaba, el hizo su vida de una manera y yo de otra muy diferente y por más que ambos quisimos reanudar el lazo, fue imposible, una laguna de diez años lo impedía. Es curioso. Y triste. Recuerdo que el había llegado a Temas de Veracruz y que siempre decía que algún día tendría que regresar, que eso le decían sus padres, y me acuerdo que tanto él como yo temíamos el triste día en que eso ocurriera e incluso hacíamos planes para evitarlo. Y al final fuí yo el que de buenas a primeras se largó y dejo de ir al pueblo mientras él se quedo allá.

¿Por qué deje de ir? No lo sé. Es decir, no lo sé con certeza, fueron muchas cosas, quizá no fue ninguna. El pueblo dejó de divertirme, ya sólo lo era en la fiesta del patrón del pueblo en enero o en la semana santa con las representaciones del Via Crucis, el resto del tiempo era la total aburrición. O quizá cambié yo, mis intereses fueron otros y encontre más agradable la falsa y rauda calma de la ciudad que la de Temas. Seguramente fueron ambas cosas o alguna otra que no logró entender aún, el caso es que deje de ir y me ausente de Temas por poco menos de 10 años.

Alejado del pueblo, salvo por algunas visitas esporádicas, pasé mi adolescencia y mi juventud -las etapas que, dicen los que saben, te forman intelectualmente- en la Ciudad de México. Casi todo lo que sé, toda mi ideología, en lo que creo y no creo, lo que odio y lo que defiendo, lo que me gusta y lo que detesto, todo eso y un montón de cosas más las aprendi en la ciudad de los palacios gracias a que allí pude estár bien cerca de los mejores mentores. No, no hablo de mis maestros ni de mis escuelas -aunque en algo ayudaron, es verdad- sino de mis libros. Los que pudé leer y los que no me cansé de comprar.

Y claro, aprendi tambien de las amistades que hice por allá. Bien pocas, es verdad, pues siempre he sido hombre de pocas palabras y menos amigos, pero es por eso mismo que esas pocas son sinceras y las mantengo vigentes ahora pese a la distancia pues, aceptemoslo, en este mundo actual es imposible desaparecer: si querés hablar con alguién, le localizas y hablas, así que ese no es problema y a dos meses de mi partida, no lo ha sido.

La capital del país tiene,ese montón de ventajas y comodidades que comparte con cualquier ciudad superpoblada y que seguramente influyeron en mi decisión de no volver más a Temas, sin embargo, quizá tambien acabaron por determinar mi vuelta al pueblo, junto a otro montón de factores. En México terminé una carrera, la terminé con honores y si bien intenté todo un año volverme un profesionista de la misma, no lo conseguí. Falta de oportunidades de trabajo, falta de experiencia laboral o simplemente que muy en el fondo no me interesaba ninguno de los trabajos para los que un historiador sirve en el esquema laboral de este país, el caso es que no conseguí emplearme y de a poco empece a concluir que, en efecto, no me interesaba ser un historiador y alguna otra cosa tendría que encontrar entretanto.

La carrera, para mí, fue un papel más, un pasito dado como la preparatoria o la secundaria. Eventualmente me servirá y acaso algún día susbsista de ello pero, por ahora, no me interesa ni presumirla. Tengo en el subsuelo de mi persona otras virtudes y otros gustos menos reconocidos pero mucho más útiles y prácticos, y uno de ellos fue el que me llevó a la aventura de volver a Temas. Mi hermana a un año que tiene un café en Temas y su oferta inicial fue que le hiciera postres y ella los vendería ahí y me daría parte de las ganancias. Jamás estudié gastronomía o cosa parecida, simplemente los postres me salen bien; es simple: me das una receta bien dada, y hago un postre espléndido.

Un par de meses después vimos disponible un local en el mero centro del pueblo y entonces la idea paso de sólo hacer postres a abrir una sucursal del café como socios, un negocio familiar en todo el sentido de la palabra. Intenté pues por última vez conseguir un trabajo de mi carrera y lo encontré en la misma semana en que debía decidir si me aventaba al negocio familiar o me quedaba en la ciudad. Y entonces tome la valiente, arriesgada y acaso estupida decisión de desechar la oferta de trabajo y aceptar la aventura familiar.

Una decisión dificil y, sobretodo, extraña. Rara por lo imprudente y apresurada que resultó: una semana estaba tomando un cafe en la Ciudad de México y a la otra sirviendo un café en Temascaltepec de González. Quienes me conocen saben que, ante todo, soy un tipo demasiado prudente y excesivamente sensato, que medito todo y que cualquier decisión a tomar que incluya el mínimo riesgo, por lo general, la desecho. Sin embargo, quienes me conocen más de cerca se han cansado de decirme que esa, mi mayor virtud, es tambien mi más grande defecto y tal vez en honor a ellos o simplemente porque ya era justo y necesario, decidí emprender esta aventura sin pensarla más de una vez.

Mi vuelta a Temas, por otro lado, ha tenido sus contrastes. Apenas me mudé estaba leyendo Retorno de las estrellas, una extraordinaria novela de Stanislaw Lem, y ciertamente sentí empatia con lo que pasaba al personaje principal, Hall Bregg, quien vuelve de un viaje estelar de diez años que, por la dilatación del tiempo, se traducen en 127 años terrestres. A su vuelta no reconoce nada y se da cuenta que todo ha cambiado pese a que no ha estado, en su percepción, ausente tanto tiempo. Así me sentía yo, que tal vez ilusamente esperaba encontrarme con las mismas personas en los mismos lugares y volver a las rutinas, pero no, reconocia rostros, pero no conocía ya las personas y notaba esa misma expresión de reconocimiento y extrañeza en ellas. Sin embargo, el lugar si que era el mismo y poco había cambiado -salvo por una inexplicable e irritante perdida de su vida vespertina y nocturna-, seguía teniendo ese indescriptible encanto y la pregunta de por qué deje de volver a él asomaba a cada día sin que a la fecha pueda responderla o al menos disculparla.

Sea como fuere, el hecho concreto es que acá estoy, en el pueblo que antes era sólo diversión y ahora es lugar de residencia. Me prométí, apenas baje del autobus que me trasladó aquel 7 de agosto, que permanecería un año aquí y entonces decidiría que hacer con mi malograda vida y si Temas seguiría estando en ella como hogar o volvería a su status anterior. Si hoy fuera el día de elegir, optaría por la primera opción pues sin hacer a un lado todo lo que pasé en la ciudad y a todas las personas valiosas que allá conocí, tengo la extraña sensación de que vine a Temas a una sola cosa: a vivir. Sólo eso, a vivir.

12 de octubre de 2011

De vuelta... otra vez

Ya lo leyeron y ya adivinaron de que va esta entrada: anunciar que vuelvo a escribir en el blog después de una muy larga pausa. Las razones de esa pausa seguro no la justifican y apuesto a que no las interesan pero, por si llegaran a servir de algo, basta decirles que hubo de por medio una mudanza y un proyecto que, digamoslo en tres palabras, ocuparon toda mi atención.

En ese periodo decidí renunciar a un montón de cosas y tomar una decisión arriesgada que empezó como una posibilidad remota y se concretó bien pronto. Un breve resumen: el proyecto era iniciar un negocio familiar, una café en el pueblo del que es originario mi padre y parcialmente mi madre y del que yo guardo lindos pero añejos recuerdos de infancia: Temascaltepec de González, Estado de México. El proyecto ha sido todo un éxito (y acá les presumo su página de internet: Café Amarain) y aunque hemos sufrido y nos ha exigido más de lo que esperabamos. tambien nos ha llenado más de lo que estimamos. A mi, que soy un tipo que encuentra su felicidad en cosas bien simples, me tiene muy complacido.

Por supuesto, sino lo adivinaron entre líneas, les confieso que atreverme a ese proyecto me exigió mudarme de la ciudad en la que crecí, estudié y viví para precisamente vivir en un pueblo al que sólo iba de visita y diversión plena y al que no visitaba desde hace un par de años o más. Allí estaba el riesgo, allí lo extraño de la decisión y allí tambien su justificación: quería hacer algo riesgoso y extraño, distinto; especial. Quizá atiné, quizá no, pero de mientras siento que acerté, incluso cuando eso significó dejar atrás un montón de cosas. Lo cierto es, empero, que ya estaba muy harto de ellas y necesitaba renunciar a todas. Intenté hacerlo de a poco y de la manera más calmada y sensata, como acostumbro hacer todo, pero de pronto asomó la chance y por ésta única vez decidí tomarla sin miramientos y aventarme a una aventura que sólo me garantizaba mantenerme ocupado en algo que siempre me ha gustado, aunque hasta hoy lo hacía en un segundo plano, por así decirlo.

Y no me extiendo de más en esta entrada porque lo único que pretendo con ella es anunciar mi vuelta y enunciar lo evidente, que mi blog y mi labor de blogger no están entre las cosas a las que renuncié y seguiré cumpliendo con ellas en la medida que me sea posible hacerlo. En la próxima entrada, (que quizá publique mañana si corro en suerte tener un rato libre para hacerlo) completaré la reflexión sobre mi partida de la ciudad y, más aún, sobre mi llegada a este encantador pueblo. Antes de despedirme, una justificación final, ustedes disculpen, el asunto es que este singular proyecto afortunadamente -o desafortunadamente, ustedes dirán- me tiene ocupado practicamente todo el día y mucho me temo que aquella promesa que hice hace bastantes lunas de escribir al menos dos entradas de blog por semana (a razón de una en jueves y otra el domingo) tendrá que verse reducida y ha de conformarse con una entrada por semana y en el día en que tenga tiempo suficiente para hacerla. Intentaré que sea cada jueves e intentaré tambien aventarme las dos entradas cuando tenga chance de hacerlo. Promesa de blogger.

Ahora si, sin más y dejando de fondo los bombos platinos tras mi regreso, me despido a la espera de la próxima entrada.

22 de julio de 2011

Recomendando... Escalera al cielo ( 국의 계단 )

Hace una semana, durante unas vacaciones familiares, ocupamos las noches de las mismas en ver una serie -en realidad, telenovela- que el distribuidor pirata oficial de mi señora madre le recomendó y que tenía encantados al resto de la familia. Yo, hasta entonces, había escuchado de la serie sólo lo que ellos decían una y otra vez: que estaba muy buena, que no podían dejar de verla, y tal, mas fue hasta hace una semana que finalmente pude verla y presenciar junto a los demás el final de la misma. Me dejó tan gratamente sorprendido que he decidido recomendarla acá. Hablo, a todo esto, de la teleserie surcoreana Escalera al cielo.

Se trasnsmitió por la Senul Broadcasting System (SBS) entre finales de 2003 y principios de 2004, mientras que en latinoamérica se televisó en Chile (cortesia de Televisión Nacional de Chile), Perú (gracias a TVPerú) y Ecuador (en la señal de Ecuavisa) el año siguiente. En resumen, la teleserie narra la historia de amor entre Song-Ju Cha y Jung-Seou Han, destinados desde niños a estár juntos, hasta que Song-Ju se va a estudiar a EE. UU. y la madrasta de Jung-Seou le impide a ella ir con él. Cuando su amor regresa, esta es atropellada por su hermanastra (Yu-Ri Han) y pierde la memoria.

Entonces viene la tragedia. Song-Ju es ocultada por su madrastra y hermanastros (y uno de ellos, Tai-Hwa Han, se enamora de ella mientras la oculta) para que no se una a Song-Ju -que, por cierto, es presidente de una empresa- y este se case con Yu-Ri y unan su fortuna. Así, es, pues, la historia de amor marcada por el destino y que busca ser impedida por un buen montón de villanos y accidentes. ¿Les suena parecido?, ¿la reconocen?, ¿no?, ¿seguros?, venga, piensen un poco... ¡exacto!, es la misma historia que, palabras más o menos, personajes iguales o símiles, está en cualquier novela de las siete, ocho o nueve de la noche. Entonces, ¿por qué me atrevo a recomendarselas? Fácil: porque ésta es muy buena.

Así de fácil y sin más, pero vayamos al detalle. La historia es simple, sin mayor chiste y sin novedad, pero la manera en que la manejan es muy destacada. Sin perder el drama exagerado y la cursileria necesaria en toda teleserie, Escalera al cielo sabe medir ambas cosas y combinarlas con buenas escenas de humor y acción para mantener entretenido y empatar con los personajes. Además, las actuaciones son en serio notables, casi diría que brillantes pues casi cada personaje es distinto y tiene su propio lenguaje bien definido.

Y la otra virtud es que la serie es lo suficientemente larga y corta a la vez. Es decir, no es tan breve como para sentir que les faltó desarollar esto o aquello, ni tan larga para sugerir que les sobró tal o cual episodio o exageraron aquel otro. Cierto, los últimos dos si son excesivos pero se entiende puesto que tenían un nivel de rating bestial luego del buen trabajo durante los demás capítulos y, digámoslo así, tenían derecho de abusar.

Y tiene algunos detallitos que la redondean. Primero, sus dos actrices estelares son muy guapas y talentosas. Tae-Hee Kim, quien hace de la hermanastra Yu-Ri Han, tiene esa belleza ingenua y sin embargo manipuladora perfecta para el papel. Y la actriz principal, Ji-Woo Choi, es simplemente impresionante. Firma una actuación dignísima -y premiada por todos lados, según he leído- en todos los sentidos y, como cereza en el pastel, la mujer es guapísima. Digánme sino:


El escenario es ciertamente repetitivo pero acertado pues a cada tipo de escena le corresponde un lugar y al final todo se invierten magistralmente. Porque ese es otro detalle, el final, en verdad el último par de episodios o, más bien, la manera en que terminan la historia se lleva las palmas. Por supuesto que no se los voy a contar pero sólo les dire que es distinto a los que se han cansado de ver -o de deducir tras ves un episodio cualquiera de la teleserie que quieran- y aún así es, sin más, un final féliz.

Y el otro detallito, para cerrar esta entrada, es la música. Tiene un gran pecado, y es que son 3 o 4 canciones que se repiten una y otra y luego otra vez y si llegan a fastidiar. Sin embargo, como compensación está que las rolas son muy buenas y tambien atinadas para cada vez que se usan. Y les dejo, para que me crean y como despedida y bonus track, el tema central, cortesia del cantante e ídolo surcoreano Kim-Bum Soo. Se llama "Cómo te extraño" (Bo go ship da)


Ahí está, pues, mi última recomendación. Será dificil que la encuentre por la vía tradicional porque acá nunca se transmitió pero seguro si se dan una vuelta por el centro la encontraran. Comprenla, este blog se las garantiza

12 de julio de 2011

Covering "Who'll stop the rain"

Esta mañana, mientras veía -emocionado y conmovido- el primer episodio de la segunda temporada de la serie Brothers & Sisters, noté que en la secuencia final del capítulo aparecía de fondo la que es acaso la mejor canción de la banda de rock estadounidense Creedence Clearwater Revival: "Who'll stop the rain." Sin embargo, aunque la reconocí de inmediato, me llevé la grata sorpresa de que no era la versión original sino un cover muy adecuado para la serie. Lo siguiente en mi cabeza ya lo adivinaron: "esto va al covering del blog, ya mismo."
La canción, insisto, quizá la mejor del grupo al que por cierto soy muy aficionado, está incluida en su quinto álbum, Cosmo's Factory, y fue lanzada en 1970 como el lado B del sencillo que incluía en el lado opuesto otra tremenda canción, "Travelin' Band." La canción es una de esas que no puede negar su tiempo y que, por el contrario, es una fotografia natural del mismo que exhibe con soberbia la generación de los 70's (sí, Woodstock) tanto en su letra como en su música. Es un clásico y más vale lo conozcan pero, sino es el caso, aquí esta:


Y ahora, pasemos a los covers. Luego de ver la versión que apareció en episodio me dí a la tarea de buscar las versiones y me encontré con que hay suficientes, sin embargo, para este blog me he quedado con tres que me parecen son acertadas. La primera, para de una vez compartirla, es la que vi por la mañana y que viene a cortesia de la cantante estadounidense Courtney Jaye, quien la grabó para su album homónimo hace cuatro años. Lo cierto es que, sin hablar de más, sólo diré que consiguió una versión bellísima de la rola, mucho más melosa y con cierto sentimiento especial. El único pero que le pondría es al final, donde siento que pierde intensidad y en eso queda a deber a la versión original. Ustedes dirán:


La segunda la interpreta el ídolo norteamericano Bruce Springsteen, quien desde que la grabó en 1980 la ha convertido en parte infaltable de sus tours. Su cover es, cómo decirlo, una versión más personal de la canción. Personal en tanto que le pone su toque y estilo, sí, pero tambien en el sentido de que la vuelve suya y, sin cambiarle esas letras que hablan de toda una generación a la que el ya no pertenece, aún así la siente y pareciera que hablará de su vida al cantarla. Porque esa es, según dicen los que saben de rock, la virtud de "el jefe" Springsteen." Un buen cover, sin duda:


Y la tercera, bastante más actual, es del grupo punk Rise Against. La verdad es que ésta tambien me dejo una muy grata sorpresa pues esa una versión hecha con un respeto enorme y que mantiene la esencia de la versión original pero, digamoslo así, actualizandola. El uso de las guitarras acusticas más el extraordinario trabajo vocal de Tim McIlrath ciertamente aciertan al hacer este cover que, además, se maneja todo el tiempo en la debida intensidad. Escuchen y digan si miento:


Como rara vez ocurre, todos los covers seleccionados para esta entrada han salido bien librados y, a su manera, han acertado en hacer buenas versiones de una canción dificil de interpretar. Pese a que los tres tienen gran estilo y se aprecian casi como versiones únicas, está claro que la versión original tiene algo especial y por ello está encima de cualquiera de sus covers, sin embargo, todas ellas se disfrutan al oirse y eso es muy meritorio.
Despido esta entrada no sin antes dejarles un bonus track que encontré en Youtube mientras buscaba los vídeos para esta entrada. Se trata de la secuencia de la que hablaba al principio y en la que escuche el cover de Courtney Jaye como fondo. Si han visto o son fans de Brothers & Sisters, sé que la disfrutaran, sino, sirva sólo para que entiendan de qué demonios estaba hablando al empezar la entrada.

3 de julio de 2011

Se te extraña... Porfirio Díaz Mori

Ayer, 2 de julio, se cumplieron 94 años de la muerte del general José de la Cruz Porfiro Díaz Mori. Y por eso, simplemente por eso, la entrada de hoy va dedicada al presidente que más ha hecho por el progreso de este país y que es, por eso y por ser tambien uno de sus más grandes tiranos, una de las figuras más complicadas y a las que, creo, menos justicia se les ha hecho.

Y es complicada incluso para mí, un tipo que hizo una tesis de licenciatura sobre el magonismo y que acabo convenciendome bastante del magonismo y, sin embargo, aprecia al enemigo número uno de Ricardo y Enrique Flores Magón, Práxedis Guerrero, Anselmo Figueroa y compañía. Es complicado para mi decir que admiro con sincera devoción a tipos que eran antagonistas y lo eran en serio. Sin embargo, lo digo.

La coherencia de tal afirmación y sus contradicciones dan para una entrada, muy larga y mucho mejor documentada que ésta pero que, lo adivinaron ya, no es ésta. Prometo hacerla pronto (promesa sumada a la de la reflexión sobre Ciencia Ficción, anótenla), sin embargo, hoy haré algo más simple y en lo que ambas admiraciones personales coinciden: se extraña a Flores Magón y se extraña a Díaz, y ambos no han recibido su justo homenaje histórico.

Esto no es, pues, una efemeride de Díaz, simplemente es una confesión en voz alta de que se le extraña, o que se extraña a tipos como él. Ciertamente se dice que Díaz fue responsable de una nación que progresó como nunca pero tuvo tambien una parte de su población que sufrió las vejaciones más lastimeras. Hoy en día, tenemos una población mayor que sufre las mismas o peores vejaciones... pero no tenemos, ni de lejos, ni una pizca del progeso alcanzado con Díaz. Se le extraña, por eso, por ser capaz de tomar un país que era un auténtico polvorín -por no decir un desmadre- y llevarlo a la escena internacional.

Y se le extraña, tambien, literalmente. Sus restos reposan en el cementerio de Montparnasse en París, Francia desde 1921 y, salvo un intento hecho en 1995 (bueno, tampoco es gran cosa, lo organizaron José Manuel Villalpando y Alejandro Rosas, pseudohistoriadores que tras poco intentar se convencieron, no sé bajo que argumento imbécil propio de ellos, de que los restos estaban donde debian estar y ahi debían quedarse), no ha habido intenciones del gobierno nacional por repatriar esos restos.

El tema sucita mucho debate. ¿deben repatriarse los restos?, ¿deben recibirse con los honores de expresidente?, ¿se enterrarían en la rotonda de las persona ilustres, o dónde? Son preguntas dificiles que exiguen una reflexión obligadamente histórica y, lamentablemente, política. Mi opinión, hecha desde mi trinchera, es que los restos deberían repatriarse sí o sí y recibirse con los honores debidos (digo, si pagamos pensiones absurdas a un tal Carlos Salinas de Gortari) y sin politizarlo.

No sé si debiera estar en la rotonda, ese si es un temazo. Ya ese lugar tiene bajo su tierra contradicciones absurdas, tipos que en vida fueron enemigos y, fallecidos y homenajeados, son simplementes "personas ilustres." Sin embargo, creo que el cementerio donde reposen no es un asunto tan fundamental, siempre que sea en este país y, mejor aún, en Oaxaca, su tierra natal. La razón de ello es bien sencilla: debe darsele la oportunidad de reconciliarse con su tierra y de estár en ella y que los suyos lo tengan en ella. Para bien o mal, admiración u odio que se le tenga, Díaz forma parte de nuestra historia y como tal, me parece, debería reposar en esta tierra.

Así pues, esta entrada confesó dos cosas: uno, que se extraña a Porfirio Díaz Mori con todos sus méritos y todas sus vilezas; y dos, que debería extrañarsele menos pues sus restos deberían reposar en esta que es su tierra y por la que, por cierto, el nunca se cansó de confesar su amor.

26 de junio de 2011

Recomendando... Gonçalo Tavares.

Vamos a estrenar una sección del blog, nomás para tener pretextos para escribir en el más seguido. Ésta remplaza a las hoy extintas y en su momento poco apreciadas -incluso por mi, lo admito- "recomendaciones del mes." La idea es, pues, no atormentarlos con las cosas -películas, canciones, etc- que más me gustaron en un mes, sino hacerles recomendaciones de cosas que me gustan, así, sin más, con la esperanza de que las conozcan, les gusten y acaso las comentemos por acá.

Trataré de que cada entrada sea breve -y cumpla así cabalmente con su función "pretextuosa"- y de paso contenga una probadita de lo que recomiendo. Y para empezar me voy a lucir con mi primera recomendación, un autor que más vale les guste: Gonçalo M. Tavares. Les parecerá que eso de "más vale les guste" suene amenazador y exagerado, pero se los confirmo y lo hago además con el respaldo de José Sarámago. No, no es que el Premio Nobel portugués fuera mi cuate, sino que él dijo de Tavarés que "...no tiene derecho a escribir tan bien a los treinta y cinco años, dan ganas de darle un puñetazo."

Con esa frase se los presento. Y les paso unos detalles para que lo ubiquen antes de lanzarse a buscarlo en su librería favorita. Tavares es un narrador (pues igual escribe novela, cuento, poesia, dramaturgia) portugues -nacido en Angola, cabe señalar- que pese a su juventud se ha hecho ya de un prestigio internacional y es una de las mejores plumas del mundo literario. Un tipo que gana tantos adeptos como tíos que compran sus novelas pues, lo digo en serio, basta con leerle sólo un poco para descubrir que es un genio y que debe leersele más.
Como pocos escritores actuales, este portugues tiene una enorme virtud: goza de una voz literaria única y además espléndida. Más allá de un estilo que bueno o malo tiene cada escritor, el portugues ha dado con el paso siguiente y ha desarollado una voz que te atrapa desde la primera frase y no te suelta hasta el mismo punto final. Es una voz que igual te narrá los asuntos épicos con el humor más crudo o las historias más violentas con la indiferencia más irrisoria. Que te transporta por callejones oscuros y los sinsentidos más absurdos con la coherencia más absoluta. Y una voz, por cierto, de una lucidez que siempre roza la demencia, pero nunca la cruza. Nunca.

Y me puedo seguir diciendo más y más virtudes de esa la voz literaria de Tavares pero prefiero que ustedes la escuchen -quiero decir, la lean- y queden igual o más atrapados que yo. Les comparto enseguida un cuento muy breve (sino ni lo van a leer, eso seguro) incluido en su libro Agua, perro, caballo, cabeza. Se llama "Otro desastre":

"Una vez sentí algo similar. Tenía que pagarle a un oculista. Llevaba el cheque ya preparado. Llegué al lugar y me dijeron: murió ayer, en un accidente de coche. Tenía el cheque a su nombre, y ahora estaba muerto. El primer pensamiento fue: si tengo un cheque para pagarle, no puede estar muerto. El segundo pensamiento, pasados unos segundos, fue: me voy a quedar con el dinero. El tercer pensamiento fue: ¿cómo fue capaz tu cabeza de tener el segundo pensamiento? El cuarto fue: la gente piensa en todas las hipótesis de una situación, incluso en las hipótesis repugnantes.
Pero el señor tenía un padre aún vivo, y yo rasgué el cheque antiguo y escribí el nombre del padre en otro cheque, era casi lo mismo, sólo cambiaba la primera palabra. Estábamos los dos en un restaurante de comida rápida, de pie. Y el padre de mi oculista, que había muerto en un accidente de coche dos días antes, estaba vestido de negro y estaba triste, hablaba poco, y tenía los ojos bajos. Pero recibió el cheque.

Gonçalo M. Tavares. Agua, perro, caballo, cabeza. Traducción de Ana M. Garcia Iglesias. Oaxaca de Juárez, Almadía, 2009. p. 41.


¿A poco no es fantástico? Si les parece así, vayan a comprar sus libros que además gozan de las bellísimas ediciones de Editorial Almadía. Además de la que acabó de compartirles, tambien tiene publicado otro libro de cuentos titulado Historias falsas y la extraordinaria novela Jerusalén. No tienen desperdicio.

16 de junio de 2011

Covering "Helter Skelter"

La edición del covering de hoy va a ser como aquella que hice hace poco de la canción "The impossible dream", aunque en este caso será de la rola de The Beatles "Helter Skelter." Una de las canciones más raras, curiosas, divertidas, complicadas y hasta absurdas del cuarteto de Liverpool. La razón de que esté en éste covering es que, obviamente, tiene varios covers. Eso y que, la verdad, me gusta bastante.

Empiezo por el principio, es decir, presentando la rola. "Helter Skelter" apareció por vez primera en uno de los mejores álbumes de The Beatles, el Álbum Blanco ("The White Album", 1968), y desde entonces tuvo una repercusión que sus creadores -Paul McCartney mayormente- no se imaginaron. Quienes saben del tema dicen que fue la precursora de géneros como el heavy metal y otros similares pues la canción es de lejos la más, ehm, cómo decirlo, pesada y locochona del grupo.

El título de la canción está inspirado en unos toboganes muy comunes en Inglaterra y que se llaman así, helter skelters. McCartney explicó alguna vez que estos le inspiraron la canción y que quería que ésta fuera o diera la sensación de subirse a uno de esos. Una rola que, en pocas palabras, fuera estridente y de un rock descontrolado y salvaje. A decir de quienes la escuchamos, y de quienes la han criticado, The Beatles consiguieron eso con maestría luego, de por cierto, hacer varios y varios intentos en el set de grabación. Sino me creen todo lo dicho hasta aquí, mejor escuchenla (par de aclaraciones: primero, esta la versión corta original del Álbum Blanco, la versión larga inédita -de más de 20 minutos- es medio grosero ponerla aquí; segundo, el vídeo no es de la canción sino un montaje bastante afortunado):


Y ahora sí, pasemos a los covers. Hay bastantes así que he sido groseramente selectivo y además seguiré cierto orden cronólogico. El primero que se atrevió -en 1975, aunque se lanzó hasta 1991- a hacer un cover de la canción fue el grupo norteamericano de hard rock Aerosmith, que consiguió una versión muy fresca y bastante respetuosa de la intención original de The Beatles. Su versión tiene dos enormes virtudes: le da la misma o más importancia a la guitarra y aprovecha de manera genial la voz de Steven Tyler. Acá la tienen:


La siguiente nos viene a cortesía del grupo de punk rock Siouxsie & the Banshees, que grabó su cover en 1978. Esta versión debo confesar que me gustó bien poco, sin embargo, igual está bien lograda. El inicio me parece bastante pobre y débil -algo imperdonable pues mucho del encanto de la versión original está en la rudeza del inicio- pero luego la potencia vocal de Siouxsie Sioux rescata la canción y la mantiene en buen nivel hasta el final. No está entre mis favoritas, pero quizá ustedes opinen distinto:


La siguiente es, así nada más, una joya. A la altura y disputandose bien en serio con la versión original o, por lo menos, guardándole un respeto muy admirable. Es del año 1983 y obra de la banda de glam metal Mötley Crue. El trabajo con las guitarras es brillante, la bateria se integra con soberbia -más que la de Ringo Star, que sabemos que no era precisamente muy bueno tocándola- y la voz hace su chamba y un poco más. La verdad es que si quiero escuchar esa rola y el del sonido me dice que no tiene la versión de The Beatles pero sí la de Mötley Crue, le digo que no se apure y la ponga a todo volumen. Enorme cover, digánme si no:


Cinco años después -1988, pues- fue Bono y U2 quienes se animaron a hacer su versión de Helter Sekelter. La primera impresión que me da es que tenían unas ganas barbáras de tocar una rola tan chingona en vivo -de eso tengo ganas hasta yo y eso que no sé ni tocar la puerta- y hicieron lo necesario para aprendersela y, eso, interpretarla. La verdad es que no lo hacen mal pero siento que quedan un poco a deber o más bien que se conforman con sólo tocarla pero bueno, son U2 y llenan estadios y Bono le echa ganas, así que se las pasamos. Acá la tienen:


Y finalmente, está versión sión de ésta entrada corre a cargo de Oasis, que la grabó hace no mucho, en el 2000. Los chicos ingleses se atrevieron a ponerle su toque personal a la melodia y, quiero suponer, a actualizarla al rock de nuestra época. El resultado, una voz muy poco roquera y más melosa, las guitarras que se pierden entre el resto de instrumentos y en general una versión light -y aún así, bastante larga- de Helter Skelter. Incluye un sólo que ninguna otra versión tiene y que por lo demás es bastante normalito, unos coros de Liam Gallagher que creo que no le hacen ningún bien a la canción y unos efectos de sonido al final que, la verdad, tampoco sirven de gran cosa. Pero bueno, quizá así es el rock de nuestra época y tal vez el cover guste por eso. A mi no me agrado, pero como siempre les dejo la decisión a ustedes:


Y ese es, amables y pacientes lectores, el recorrido de este blog por los covers de Helter Skelter, la canción más locochona de The Beatles. Antes de despedirme, les dejo un bonus track cortesía de Dana Fuchs y Jim Sturgess. Se trata de una de las mejores secuencias de la película Across the Universe (Julie Taymor, 2007) y que une magistralmente las canciones Across the Universe con la propia Helter Skelter. Un cover, por cierto, fantástico por parte de la señorita Fuchs. Disfrutenlo:

12 de junio de 2011

De Michael Schumacher... y Ayrton Senna

Mientras espero a que el Gran Premio de Canadá de Formula 1 se reanude tras la bandera roja cortesia de un tremendo temporal y un cicuito de drenaje lentísimo, aprovecho para hacer mi entrada de blog dominical. Una breve. Y va sobre el mismo tema que me hace estár acá: F1.

Hace no mucho hice un previo de esta temporada y recuerdo que mientras la hacía y me disponía a redactar la "ficha" de Michael Schumacher, me era dificil explicar que el heptacampeón del mundo estaba en esta Formula 1 sólo por diversión y lejos, muy lejos de competirla y buscar el campeonato. Es dificil, para alguien que creció viendolo ganar todo y aplastar a sus rivales, decir que ahora solamente se divierte. Y ahora, al ver una carrera detenida por lluvia intensa, es imposible no acordarse de Schumacher y la cantidad de veces que con condiciones adversas, se impuso con facílidad.

Y de allí los recuerdos, las memorias, las historias se lanzan y uno recuerda tambien a otros grandes que con lluvia eran -y son- aún más grandes: Gilles Villeneuve, Pedro Rodriguez, Kimi Räikkönen y Fernando Alonso, entre otros más. Sin embargo, hay un nombre que está por encima de ellos y que para muchos es el mejor piloto de la historia: Ayrton Senna.

Así, casi sin buscarlo, o mejor, sin forzarlo mucho -si, claro...-, encontramos un hilo entre Michael Schumacher y Ayrton Senna. Para algunos, el alemán es el mejor de la historia; para otros, es el brasileño, empero, creo, todos aceptan de alguna manera que la disputa está entre ellos dos (con el debido respeto y admiración que merecen tipos como Alain Prost, Juan Manuel Fangio, Nelson Piquet, Jim Clark) y, la verdad, es muy dificil decidirlo.

Decisión tan dificil que, por ejemplo, yo no voy a hacerla. De cualquier manera, me gusta concluir que Schumacher es estadisticamente, por mucho, el mejor de la historia. En cambio, Senna es el tipo más talentoso que hemos visto en F1. Sin embargo, esta entrada no va por ahi pues lo que quería hacer era juntar estos dos, encontrar un hilo entre ellos.

No hay que olvidar que cuando Senna era amo y señor de la Formula 1 en su Williams, un jovencito de nombre Michael Schumacher conducia su Benetton e impresionaba a todo mundo. Luego vino la trágica muerte de Senna y el ascenso del alemán. Para muchos -muchísimos, demasiados- Michael consiguió su grandeza a costa de esa tragedia, con la clásica frase: "si Senna no hubiera muerto, el sería el heptacampeón."

Eso quizá sea cierto, sin embargo, olvida dos cosas: primero, que Schumacher se impuso a rivales muy notables como el propio Prost, Nigell Mansell, Mikka Häkkinen y en sus últimos años Räikkönen y Fernando Alonso. Ninguno de ellos está ni cerca del nivel de Senna, pero ninguno le regalaba nada. Y la otra cosa que olvidan tomar en cuenta es la propia experiencia de Michael con Ayrton. Olvidan que, literalmente, le vio morir en Imola (era el coche que le perseguía y lo vio impactarse contra el muro) y desde entonces, y hasta hoy, Schumacher siempre se ha considerado el tipo que iba detrás de Senna.
Él, que facilmente podria presumirse con arrogancia y soberbia -virtudes que mostró tener una y otra vez- como el mejor de la historia, siempre se sintió detrás de Senna en ese rubro y siempre considero al brasileño como el mejor piloto, del que aprendio lo que sabe. Para mi, que el tipo le guarde tanto respeto y admiración mientras los fanáticos critican que conseguia campeonatos fáciles y no es digno de ponerse junto a Senna, me genera cierta molestia.

Pero puedo seguirme hablando y hablando, intentando convencerlos de lo uno o de lo otro. Sin embargo, prefiero compartirles este video que es una auténtica maravilla. El escenario, el Gran Premio de Italia de 2000, la victoria 42 de Michael Schumacher, número con el que igualaba el total de victorias de Ayrton Senna. En la conferencia de prensa un periodista le pregunta qué siente a ese respecto y el alemán... bueno, veanlo, él simplemente no puede responder, abrumado por el recuerdo y el sentimiento:


Eso, para mí, lo dice todo. Tanto Michael Schumacher como Ayrton Senna son los mejores pilotos de la historia. Quién es uno y quién dos ya es decisión de las simpatias de cada persona pero creo que el talento nato de Senna y la supremacia estadistica más el respeto que el propio Schumacher le tenían, los colocan a los dos en el mismo nivel. El de los mejores pilotos que hemos visto en Formula 1.

9 de junio de 2011

De X-Men: First Class

Luego de un buen tiempo sin escribir en este blog sobre cine, hoy aprovecharé que acabo de ver X-Men: First Class para hacer mi crítica sobre ella. Bueno, a fuerza de sinceridad, más que una crítica de la película, será más bien una reseña hecha al vapor con mis impresiones sobre la película, ahora que la tengo fresca en la mente. Dicho, tal empecemos.

Lo primero que se me ocurre decir, la primer impresión que debo compartir es la sensación general que me dejo el filme. Y esa es, lamentablemente, que no me gustó. No es una película mala pero está muy lejos de ser buena. Pero no hay que ser tan rudo, emularé a un colega (y a su blog) y empezaré por decir lo bueno antes de criticar lo malo de la película.

Primero, como todas las películas apoyadas por la tremenda tecnología de hoy y el presupuesto de una gran productora, goza de unos buenos efectos y un trabajo visual muy notable. La edición de sonido está a la altura de los efectos visuales y en conjunto arman un filme que en las pantallas grandes se disfruta bastante.

Las actuaciones de James McAvoy y Michael Fassbender como Charles Xavier y Erick Lensher (Magneto) son bastante buenas o, por lo menos, muy creíbles. Sobretodo la química que consiguieron ambos, algo fundamental para que el espectador siga de cerca la relación que pasa de la amistad a la rivalidad más enconada. Finalmente, está una de las joyas de la película: January Jones. No les tengo que decir por qué, mejor veanla y díganme ustedes:

Ahora sí, si mantengo su atención luego de la foto de la preciosa Jones, voy a lo malo de la película. Y sigo por donde vamos, pese a que McAvoy y Fassbender -que, por cierto, ambos son actores bastante brillantes- hacen buenos roles, creo que Kevin Bacon hace un papel muy flojo y me da la impresión de que, pese a ser el actor perfecto para interpretar a Sebastian Shaw, le dio flojera interpretarlo como se debe. También la chica que hace de Mystique (Jennifer Lawrence)me parece que es, sin más, un talento desperdiciado. En ambos sentidos, un personaje que da para mucho en la historia -por su relación tanto con Xavier como con Magneto- está hecho muy a un lado, y una actriz que claramente es notable no es exigida realmente.

Está también el asunto de los diálogos. Lo cierto es que hay líneas muy buenas y muy bien actuadas, sin embargo, el problema es que aparecen siempre en momentos bajos o de poca intensidad y se pierden muy facilmente. En cambio, en los momentos en que tiene que haber líneas fuertes, firmes, decisivas, en ese momento es cuando salen los diálogos parcos y malos, que no conmueven nada.

Y eso es resultado seguro del que es mayor problema de la película y que, si recuerdan mi crítica de Tron: Legacy, debe ser una de las partes mejor logradas para que la película se salve incluso pese a mala música, actuaciones, fotografía o lo que ustedes gusten. Hablo, por supuesto, del guión. En X-Men: First Class es cortesía de Ashley Edward Miller y Zack Stenz, lo que de entrada me sorprende porque son los mismos que trabajaron en varios episodios de la genial serie de Ciencia Ficción Fringe. Sin embargo, en esta película quedaron a deber.

El problema es que el guión que hicieron es muy básico, elemental. El trabajo narrativo que armaron para contar esa historia si es muy dinámico y bastante bien logrado, sin embargo, el problema es precisamente que la idea central -la rivalidad Xavier-Magneto y lo inevitable que resulta- es muy simple. Terminada la película, uno se queda con la sensación de que te narraron bien una historia, pero que ésta era aburrida y predecible.

Aunque quizá Miller y Stenz no tengan la culpa y en realidad el guión es bueno y está bien ejecutado. No puedo evitar pensar que quizá la explicación a su simpleza sea que desde arriba les indicaron que esa era la historia y no podía moverse nada, ni tantito. Ello no es extraño si consideramos que uno de los productores es Bryan Zinger, sí, el director de las dos primeras entregas de X-Men y del asqueroso bodrío Superman returns. Si ese es el caso, entonces los guionistas y Matthew Vaughn (director) hicieron un trabajo brillante. De cualquier manera, eso no quita el sinsabor de boca que deja la película.

Concluyendo, la película es buena, entretenida y con sus dotes justos de drama y acción, sin embargo, como casi todos los filmes de la saga, queda mucho a deber. Y en esta en particular es algo imperdonable pues la historia daba para mucho, pero mucho más. Y todavía más si le sumamos el reparto y el trabajo visual con el que se contaba. De cualquier manera, aunque ciertamente se queda corta, si creo que es de las mejores entregas de X-Men hasta ahora. Lo malo es que el punto de comparación también es muy discreto y lamentablemente para los fans de la serie, hay que decir que se está a quedando a eones de distancia de la calidad que están consiguiendo el megaproyecto de The Avengers y, sobretodo, el Batman del genio Christopher Nolan.

Les dejo, como en cada reseña, el trailer de la película:

22 de mayo de 2011

John Lennon para el fin del mundo

Ayer, a eso de las seis de la tarde, el mundo debía acabarse. Eso según un hijo de vecino llamado Harold Camping que cometió el pequeñísimo error de tomar lo que dice la Biblia de manera literal y hacer unos cálculos bastante ociosos. Mientras el que esto escribe esperaba que tal tragedia ocurriera -es un decir, la verdad me enteré hasta hoy de esa tremenda idiotez- con tranquilidad, escuchaba una canción de John Lennon que versa sobre Dios. Por seguro comprenderan la tremenda ironía y me perdonarán que me aproveche de ella para dedicarle esta entrada.

La canción de la que habló se llama "God" -si, exacto, "Dios", así nomas: duro, directo, sin rodeos- y forma parte de su primer álbum sólista John Lennon/Plastic Ono Band, lanzado en 1970,es decir, justo después de separarse The Beatles. La canción fue polémica desde su lanzamiento por tratar directamente temas religiosos y pese a su éxito inicial -cortesía del morbo suscitado tras la polémica-, lo cierto es que pronto paso a segundo plano y al final se volvería una de las canciones menos conocidas y tocadas del cantautor inglés.

Pero para uno que es fan del cuarteto de Liverpool y guarda especial aprecio a cada uno de sus miembros (desde el carismático Starky y el popero McCartney hasta los virtuosos de Harrison y Lennon), pocas canciones pasan desapercibidas. Y ésta, "God", es de mis favoritas pues pese a ser una melodía bastante normal y hasta simplona, la letra se sostiene por si sola y yo le compró cada estrofa dicha. Escuchenla, para que vayamos entendiéndonos:


Y ahora, ya que anda de moda el fin del mundo, pongamonos finos. La primera línea de la canción es una barbaridad, una que muchos citan sola olvidándose que forma parte de esta rola. Es tan artera que Lennon dice, en plena canción, que va a repetirla, para que quede bien claro. En una canción que versa sobre Dios, lo primero es la definición de Él: "Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor." ("God is a concept by wich we measure our pain")

Dicho tal, es decir, hecho claro Dios no es más que un concepto usado a conveniencia, Lennon agarra parejo, nos dice todo eso en lo que no cree. Y en serio, agarra parejo: Jesús, Buda, la biblia, la magia, el mantra, los reyes, Adolf Hitler, John F. Kennedy -estaba de moda-, Elvis Presley, Robert Zimmerman (Bob Dylan) y, faltaba más, The Beatles. Y luego, para que no nos espantemos, nos dice en que cree: en él, en él y en Yoko, la japonesa loca con la que se casó.

La última parte ya es más una indirecta a The Beatles. Una despedida. Les dice que ya no es el "Tejedor de sueños" (Dreamweaver" ni la morsa ("The Walrus)", ambas palabras bien relacionadas con el cuarteto, y a cambio, dice que ahora sólo es John, que el sueño ha terminado.


Y esa es "God." ¿Por qué me gusta?, se pregunten quizá. Y la respuesta más sincera es que no lo sé, que simplemente tiene un encanto desde la primera vez que la escuche. Sin embargo, creo que la razón auténtica es la tremenda confesión que hace Lennon, la manera sínica y desvergonzada de desnudarse sin metáforas ni exageraciones. Eso y que, ya lo dije, le compró cada estrofa, le creo cada letra y al final la vuelvo mía.

Sigue pareciéndome curioso que la escuchara y la sintiera tan mía en el preciso momento en que el mundo debía acabarse y muchos -aunque espero que no tantos- hacían lo opuesto y se entregaban, se dejaban llevar por palabras locas e infundadas y esperaban el fin del mundo que no llegó. Ahora dicen ellos que Dios nos dio una nueva oportunidad, un tiempo más para evitar el verdadero fin o condenarnos. Si es así, yo la aprovecharé y escuchare, de nuevo, esta rola.

19 de mayo de 2011

Las virtudes del recuerdo.


El siguiente texto es un rescate, lo escribí hace tres años como parte de un ejercicio narrativo para un curso que tomaba entonces. Hoy me lo encontré por casualidad mientras organizaba mis asuntos, recordé lo mucho que me gustaba y me convencí de que era justo y necesario publicarlo aquí. Le hice sólo mínimas modificaciones -uno si que cambia y, creo, mejora conforme pasa el tiempo- a pequeños errores y algunas otras para que quedará mejor en el formato de blog, sin embargo, el texto está casi integro al de aquella vez.


¿Cuántas veces hemos querido olvidar algo de nuestra vida?, ¿Llevamos la cuenta de la cantidad de ocasiones en las que hemos negado haber hecho algo, aún cuando tenemos un parvo registro de memoria al respecto?, ¿Podemos decir a ciencia cierta cuál es nuestro recuerdo más antiguo?, ¿o podemos, simplemente, olvidar algo que no nos gusta?

Supongo que habrán respondido a todas las preguntas, pero tengo la certeza de que lo han hecho después de meditar varios segundos en cada una de ellas. Sin duda son muchas las cosas que queremos olvidar de nuestras vidas, estoy seguro de que nadie lleva la cuenta de las veces que ha negado un recuerdo –aún cuando son varias las personas que insisten en haberte visto hacerlo u oído decirlo–, comprendo que no sabemos cuál es nuestro recuerdo más antiguo y que uno a uno estos se enciman en un entramado temporal incomprensible; y, por último, les confirmo que no podemos olvidar lo que no nos gusta.

Pero, ¿a qué todo esto?, por qué los torturo y me torturo con estas preguntas, por qué motivo a que su incontrolable memoria se dispute incesantemente en una lucha de recuerdos, y por qué, me dirán, les hablo ahora de la memoria y de los recuerdos. Sencillo, porque la lectura reciente de un cuento que trata ese tema me ha puesto a pensar sobre él y he llegado a muy interesantes reflexiones al respecto.

El cuento al que me refiero es “Miss Amnesia” (que puede leer aquí), breve narración incluida en la antología La muerte y otras sorpresas, del uruguayo Mario Benedetti. Pues bien, sin entrar en mayores detalles –pues lo obvio sería que leyesen la obra y no que yo se las platicase–, el cuento narra como una bella joven (Miss Amnesia) aparece sin explicárselo en el centro de una plaza pública. Lo interesante es que ella no logra recordar nada, tan sólo los nombres y las funciones de las cosas, cuestión por la que comienza a interesarse en el ambiente. Lo siguiente, un galante caballero se acerca y, tras breve charla, la invita a su departamento, lugar del que ella sale horas después decepcionada y corriendo de regreso hacía la plaza, lugar donde todo vuelve a comenzar, donde de nuevo despierta sin un solo recuerdo. Bueno, sólo uno, el de las cosas que la rodean.

Sin duda, estimo difícil que alguno de ustedes sufra este tipo de amnesia tan asombrosa, pues lo más normal es que cada que se levanten recuerden quienes son y lo que hacen; y no sólo para qué sirve la cama dónde están. Quizá no logren recordar lo que hayan soñado, pero eso resulta plenamente comprensible, aunque a veces fastidioso. No obstante, el cuento recurre a esa bella herramienta literaria para llegar al fondo de su argumento o, en palabras propias del género, al conflicto a resolver. ¿Cuál es éste?, enunciémosle así, la innata tendencia humana a olvidar o ignorar aquellos recuerdos que nos son ingratos o, por qué no, tan excesivamente gratos que parecen irreales. No es necesario insista en lo real e innegable de tal afirmación, pues es harto cierto que, independientemente de lo que ustedes puedan decirme en su defensa, todos ignoramos al menos un recuerdo por considerarlo penoso o molesto.

Desde las cosas más absurdas como aquel día en que nuestra novia –o novio, que también se da el caso– nos dejo plantados, hasta el momento en que él o ella nos negó su amor y, con perdón del termino, nos bateo por el jardín central, a más de 400 metros. Desde él día en que nuestra madre nos regaño por no comer la sopa, hasta el día en que nos corrió de la casa por libertinos o herejes, según sea el gusto. Desde la vez que confundimos a Zapata con Villa, hasta el nebuloso momento en que votamos por Vicente Fox Quezada. Y así pueden enumerarse cientos, miles o hasta millones de recuerdos que, no lo neguemos, hemos olvidado tenaz y conscientemente de nuestras mentes.

¿Por qué lo hacemos?, palabras sobran: vergüenza, pena, dolor, cobardía, miedo, indignidad, egoísmo, debilidad..., ustedes elijan. Lo cierto es que tenemos varios recuerdos y, en resumen, todo un pasado que no queremos que se conozca, ¿o miento acaso cuando digo que ante unas personas exhibimos un pasado y ante otras otro?

Mas no refiero con esto que todos seamos hipócritas y bipolares, en lo absoluto, tan sólo quiero resaltar que nuestra mente es tan fascinante en las cosas del presente, como en las del pasado. Esa cosa que se nos ha puesto arriba del occipucio, ya sea por Dios o la evolución –según gusten y manden ustedes–, tiene una capacidad tal que, no satisfecha con permitirnos elegir lo que pensaremos, diremos y haremos en el presente, nos permite recordar lo que pensamos, dijimos e hicimos en el pasado.

En efecto, y corrijan si miento, nuestra maravillosa mente o, más concreto aún, la enorme capacidad creadora de nuestra mente nos sirve no sólo para crear un mundo a nuestro alrededor día a día, sino para crear un mundo en nuestro pasado. Ese genio que nos permite decir “aquella dama es bellisíma”, o “ese árbol parece abrazar a esa persona que duerme en su base”, o “creo que esa dama de rosa está llorando”; es la misma aptitud que nos permite recordar que “hace unos años, bajo el abrazo de un árbol, vi a una bella dama de rosa que lloraba; y yo era la causa.”

Es aquí, entonces, dónde debo darles consejo, una de esas recomendaciones que todos ignoran y a nadie parecen servir, pero que les aseguro hacen la vida al menos un poco placentera: no tomen a sus recuerdos como parte de ese pasado ignominioso que desean olvidar, no consideren sus memorias como vergüenzas de una persona que no sabía lo que hacía, y que está muy alejada de lo que es ahora. No, tal cosa es absurda, pues en unos años harán lo mismo con lo que les pasa hoy, trataran de encumbrarlo porque es parte de una época oscura que no se explican como ocurrió. Pero ocurrió, y ocultarlo u olvidarlo es atentar no contra su pasado, sino contra ustedes mismos, olvidar hechos es como despertarse y saber tan sólo para que sirven las cosas; es saber dónde están, pero no quienes son y por qué lo son.

Claro, todo esto exenta aquellos recuerdos que necesariamente se olvidan. Son tantas las cosas que ocurren que es imposible recordar todo, y es por ello que hay cosas que en verdad no se recuerdan. Yo no atento contra ellas –aunque bien podríamos condenarlas por cobardes–, yo ataco a aquellas memorias que uno, conscientemente, entierra con arenas de vergüenza y cobardía, y jura no recordar jamás.

La mejor cualidad del ser humano es su devenir, su constante cambio, el que nunca sea el mismo. Los recuerdos no son otra cosa que los vestigios de ese devenir, las huellas que nos permiten saber como era. Es cierto, el presente tiene virtudes que merecen quizá toda nuestra atención pero, como creadores que somos, es sólo en el pasado que podemos construir verdaderas historias, las propias, las únicas.¿Quieren contarme una maravillosa historia?, ¿desean cautivarme con un gran relato?; pues no hay más, basta con que recuerden y escarben en sus memorias. En verdad, las virtudes del recuerdo no son otras que las de nuestra capacidad creadora.

15 de mayo de 2011

De "En busca de la felicidad"

Hoy, como hacía tiempo no ocurría en el blog, es día de hablar de cine. Concretamente, de comentar y recomendar una película que tuve oportunidad de ver por la mañana en televisión y que forma parte de mi archivo de favoritas, pero que nunca hasta ahora he tenido oportunidad de recomendar a nadie. Se trata de En busca de la felicidad (The Pursuit of Happyness), de Gabriele Muccino.

En busca de la felicidad es un drama -aunque Cinemex, lo recuerdo, cometió la ridiculez de catalogarlo como comedía- basado en la vida de Christopher Gardner, un corredor de bolsa multimillonario que antes de serlo sufrió lo indecible para sobrevivir, hecho que intenta mostrar la película. Gardner parece haberse convertido en un ejemplo de vida, de luchar y alcanzar los sueños y, aunque la película busca reflejar eso (y Gardner trabajó en ella e incluso aparece al final), me parece mejor hacer a un lado ese hecho para evitar que esta entrada se vuelva aduladora de un tipo que ni conozco.

Además, porque me parece que saber que está apoyada en una historia real es un plus que la película no necesita pues por si sola es un drama muy sólido. Es la historia de un hombre que, victima de una dura situación económica y dejado por su débil esposa, se inscribe como una última -y única- oportunidad de salvación a un programa de entrenamiento para corredor de bolsa. Seis meses, sin paga, con sólo la promesa de obtener un gran trabajo al final del mismo.

Esos seís meses son los que narra la película pues en ellos Gardner (interpretado por Will Smith)y su hijo (interpretado de hecho por el hijo de Smith, Jaden Christopher Syre Smith) pasan cualquier cantidad de pesares, viven día a día sin saber como sobrevivirán al siguiente. La cantidad de obstáculos, las veces que cae y la manera en que se levanta y continua persiguiendo su meta el personaje principal son, sin más, lo que para mi vuelve este filme uno de mis favoritos y de los que más fibras tocan.

Leer el párrafo anterior llevará a más de uno a decir que la película no es otra cosa que una cursilería. Mi hermana dice, por ejemplo, que se trata de la versión estadounidense de Pepe el Toro. Sin embargo, aunque reconozco parte de verdad en ambas afirmaciones, me parece exageradas pues una de las virtudes de la película es precisamente evitar la simpleza y no abusar de las escenas cursis (por ejemplo, de la relación padre-hijo, que es tierna y nada más) para lograr una historia que, pese a que si exagera de algunas casualidades o, más bien, fatalidades, se antoja muy realista.

Eso y que, ya lo saben y si no se enteran de una vez, si algo no me gusta es la cursilería. Así que si les digo que no es cursi, o que lo es en muy poco grado, les hablo bien en serio. Y para muestra un botón: la película se llama "En busca de la felicidad" y se trata de eso, con la pequeña curiosidad de que la película intenta decirnos que la felicidad está en el bienestar económico que al final consigue -y de que manera- Gardner. ¿No les dije?, eso no es cursi, es realista.

De cualquier manera, lo lindo de la película no es tanto la moraleja final y que tanto es cursi o no, sino todo el drama que sufre y como lo transmite el filme. Y eso es con la enorme actuación de Will Smith, que se ganó una nominación al Globo de Oro y al Óscar como mejor actor. Cuando vi el filme por vez primera en el cine y luego me enteré de que Smith no se ganó el máximo galardón, pase del coraje a la confusión pues me parecía que en pocas películas como en ésta se merecía el reconocimiento. Me calme un poco cuando vi que la actuación premiada fue la de un tal Forest Whithaker, en El último rey de Escocia (The Last King of Scotland) De consuelo queda que, si quitamos esa tremenda actuación, la de Smith ganaba claramente pues es en serio notable.

En fin, termino la entrada que si hablo más arriesgo uno o más spoiler alerts. La mejor opinión de si el filme es bueno o no, y debe estar o no entre los favoritos, es de ustedes, y ya sabrán si la comparten en este blog. Entretanto, acá el trailer de la película.

8 de mayo de 2011

Covering "The Impossible Dream"

Hace un par de entradas dedique este espacio a hablar de la versión de El Quijote de la Mancha en 31 Minutos. Y en el vídeo que la acompañaba, como bonus track, venía al final la versión de ellos a Sueño Imposible (The Impossible Dream), una melodía muy famosa que formó parte del musical Man of La Mancha y que lo trascendió para convertirse en un éxito que han cantado varios artistas reconocidos. Desde ese entonces tuve la idea de buscar las distintas versiones que se han hecho para luego compararlas en una edición más del ya clásico covering de este blog. Bueno, hoy, pocas semanas después, cumplo ese cometido.

Sin embargo, en este caso, más que una comparación y critica de las versiones -como ha ocurrido en anteriores covering-, prefiero simplemente compartir con ustedes las que más me han gustado, quizá sólo para tenerla presente pues, aunque no es muy conocida por estos lares -creo, y lo digo al tanteo, sin certeza y más bien con sospecha, que la cultura de los musicales está más extendida en Estados Unidos que en Latinoamérica-, vale la pena conocerla.

Como dije al final de aquella entrada, The Impossible Dream es la canción central del musical Man of la Mancha, presentado en Broadway en 1965 (aunque se estreno en Connecticut en 1964, fiel a la costumbre estadounidense de probar las obras en una audiencia reducida antes de lanzarlas en Nueva York) Si bien la idea está obviamente tomada de la obra maestra de Cervantes, el musical en concreto está apoyado en el libro homónimo del dramaturgo Dave Wasserman que plantea algunas diferencias con el original para hacerlo más atractivo a Broadway, claro está. Las letras (que pueden leer aquí) son cortesía de Joe Darion y la música de Mitch Leigh, ambos reconocidos en el ámbito luego de este trabajo, mientras que el actor encargado de interpretarla, con Premio Tony de por medio, es Richard Kiley. Empecemos pues con su versión, la original, la del músical:


¿No es difícil de explicar que gustara tanto y que fuera tan premiada, verdad? Bueno, continuemos, no sin antes recordar que la selección de aquí es de las versiones que al autor de ese blog más conmovieron, y no precisamente las más famosas o premiadas, cosa que ignoro por completo. La siguientes es cortesía de Luther Vandross Jr., cantante de Gospel y Blues no muy reconocido pero si muy talentoso y que consigue una versión bastante melodiosa:


La que sigue le toca a Elvis Presley, que tenía la buena costumbre de hacer covers de las rolas de moda, sin importar si sonarían bien o mal en Rock & Roll, género del que es considerado padre y señor. Sin embargo, a mi siempre me han gustado las baladas que grabó Presley y, en el caso de hoy, su cover se queda a medio camino entre convertirla a un género más movido y dejarla en una balada muy lenta, y ahí su encanto. Una muy buena versión:


Contemporáneo a Presley, tenemos al tremendo Frank Sinatra -de pie, fuera sombreros y, si gustan, aplaudan- que tampoco se quedaba atrás a la hora de hacer sus versiones y ponerles ese toque sentimental que sólo él tiene. Para The Impossible Dream no hay diferencia, y no se le necesita, Sinatra consigue una tremenda interpretación con todo su estilo y voz:


El grupo vocal estadounidense The Temptations, acaso el más reconocido de los sesentas, grabó en 1967 su propia versión. Como no podría ser distinto, se esforzaron por imprimirle todo su estilo, incluirle los coros y ponerle ese toque especial tan típico de la música pop sesentera. El resultado, similar a Presley, una melodía de camino entre la balada y los éxitos pop del grupo:


Más recientemente, la cantante alemana Sarah Connor realizó su propia versión. La primera vez que la escuche ciertamente no me gustó, me parece que la hizo demasiado "popera." Sin embargo, en una segunda vez, pese a que me siguió pareciendo "popera" -púes lo es, como la cantante, sin más-, acabó por convencerme gracias al arreglo que tiene y, sí, al esfuerzo vocal de Connor. Muy melosa en unas partes y exagerado en otras, sí, pero en términos generales, creo que acertado.


Y, finalmente, la que para mi y seguro para ustedes -más les vale- es la versión más impresionante desde la original. Decir que la interpretan la soprano Anna Netrebko y los tenores Placido Domingo y Rolando Villazón debería ser suficiente para entender porque es tan extraordinaria, sin embargo, quizá valga añadir... no, que va, por Dios, en serio, ¿qué más quieren que diga?, la cantan esos tres, con eso basta. Disfrutenla:


Y por último, bonus track y despedida, la causante de esta entrada. La genial y ocurrente versión de 31 Minutos:

28 de abril de 2011

De vuelta... y Batalla de Puebla

Tal y como lo leen desde el inicio de la entrada, estoy de vuelta. Después de un excesivo e innecesario letargo vacacional, vuelvo a mi función de amo y señor de este blog. Ya descubrí que eso de escribir dos veces por semana necesita solamente de ganas y ritmo. Las ganas las tengo, de sobra, y el ritmo necesito agarrarlo de nuevo. Paciencia.

Ahora, lo cierto es que tampoco puedo darme el lujo de tener otra entrada que sólo anuncie mi regreso y verse sobre nada, pues este blog me parece que ya excedió su cuota anual de ese tipo de entradas. Así que, brevemente, ahí les va una reflexión, a modo de pregunta: ¿estaríamos mejor con López Obrador?... No, no es cierto, esa no era, disculpen el mal chiste -y no olviden que este blog es apolítico- lectores. Ahora si, la pregunta, hoy 5 de mayo,¿hay qué celebrar la Batalla de Puebla?, ¿por qué?

Las razones para la respuesta afirmativa son todas conocidas: se venció a uno de los ejércitos más poderosos del mundo -con uno de los más débiles, de paso-, se detuvo el ataque francés que galopaba sin cesar hacía una fácil victoria, y claro, se dio una muestra de resistencia y valentía, pero sobretodo, de unidad. Esas y alguna otra que se me escape a mi pero no a las monografías sobre el tema.

Sin embargo, he aquí una buena razón para no celebrarlo: no sirvió de gran cosa pues en un par de años se instauró el imperio de Maximiliano de Habsburgo. Quienes somos especialmente críticos con la historia -y más con esa decorada y noble historia patria- encontramos en declaraciones incendiarias como la anterior tremendos pilares para combatir el patriotismo ciego, ese que desconoce las verdaderas circunstancias de cada hecho y sale a la calle a gritar en septiembre e ignorar el sentido de sus gritos el resto del año.

Sin embargo, en el particular caso de la Batalla de Puebla, esos pilares se derrumban, se tienen que derrumbar, hacer cenizas. Porque lo cierto es que ese suceso, para propios y extraños -patriotas y malinchistas, si gustan-, debe ser celebrado, no sólo recordado, celebrado, aplaudido y puesto en alto cada que siquiera se mencione. Y no por las razones dichas arriba, que son las fáciles, sino porque la razón para no celebrar la Batalla de Puebla se vuelve intrascendente ante la principal razón para celebrarla.

Que no sirvió de nada porque los franceses igual triunfaron ignora el hecho de que fue gracias a la Batalla de Puebla que esos mismos extranjeros fueron derrotados. ¿Cómo?, fácil: fue gracias a todos los ánimos que levantó, a los opositores que unió y sobretodo lo que demostró al mundo y a los propios mexicanos, que la lucha se mantuvo viva y al final se impuso. Uno puede o no estar de acuerdo con la lucha republicana de Juárez y compañía -hay quienes aplauden lo poco que dejaron hacer a Maximiliano como emperador, por ejemplo- y enorgullecerse o no de ella, empero, como parte de nuestra historia, parte fundamental como pocas, tiene mucho de su éxito en la temprana Batalla de Puebla.

Lo que ocurrió aquel 5 de mayo de 1862, haciendo a un lado todos los adornos que el recuerdo y la historia le han agregado, es uno de esos momentos históricos de orgullo y gloria para este país que, por cierto, los tiene muy pocos. Lamentablemente -o afortunadamente, merced a los asuetos que provocan- tenemos un montón de fechas festivas que no son dignas de celebrarse como lo hacen, mientras que hay otras que no pasan de meras efemerides, como la de hoy.

El 5 de mayo no es feriado con asueto como otras fechas, y debería serlo más que muchas otras. Es más celebrado en Estados Unidos que acá, precisamente cuando es una fiesta cuyo símbolo -orgullo, unidad, resistencia- debe sernos común a todos, y más en estas épocas. En fin, no quiero extenderme en el tema, pues el asunto da para mucho, sin embargo, dejo la pregunta en el aire, y acaso el debate se retome en otra entrada: ¿hay que celebrar la batalla de Puebla?

Quizá la pregunta para otra entrada sea cómo, cómo celebrarla. De mientras, ahí está la pregunta y ahí mi respuesta. Espero la suya...

31 de marzo de 2011

El Quijote de Juan Carlos Bodoque

Vagando por Youtube, sin nada productivo que hacer, llegué a un vídeo que de inmediato me sentí obligado a compartir, aprovechando que hoy toca entrada en el blog. Se trata de uno de los episodios más extraordinarios de la serie chilena 31 Minutos: la muy singular y por seguro divertida versión de El Quijote de la Mancha, hecha por el virtuoso genio incomprendido que es Juan Carlos Bodoque.

No creo que se necesite más descripción. Ahora, si alguno no tiene idea de lo que hablo y jamás a visto 31 Minutos, estoy seguro que al ver el video tendrán una epifanía, su vida tendrá un antes y un después. Con ustedes, "Don Quijote Dalla Mancha", escrito, producido, dirigido y presentado por Juan Carlos Bodoque, con las actuaciones estelares de Tulio Triviño Tufillo y Juanín Juan Harry, más de las destacadas participaciones de Policarpo Avendaño y Patana Ana Tufillo Triviño. ¡Disfrutenla!


Por cierto, un par de detalles. La presentación en el programa de una obra de esa envergadura se debe a que Tulio Triviño recibe una carta de su novia (Cindy Miraflores) que le avisa de su visita al programa. Al llegar, ella le saluda con tremenda bofetada y critica al programa, alegando que su programa es muy poco educativo, y por eso todos se esfuerzan en hacer una edición más culta (el vídeo de la visita de Cindy, acá) Sin embargo, el programa igual incluye el Ranking Top de Policarpo -que en el vídeo se saltan, para hacerlo más corto- y los reportajes, que también se esfuerzan por ser más ilustrativos. En resumen, uno de los mejores programas de la serie.

La parte final del vídeo es una joya aparte: los grabados de El Quijote de la Mancha son las geniales versiones de 31 Minutos a los originales que Paul Gustave Doré hizo para la edición de Cassel & Company de 1863. Por su parte, la canción que las acompaña es la versión de 31 Minutos a "The imposible dream", compuesta por Mitch Leigh -y con letra de Joe Darion- para la puesta en escena de Man of La Mancha, un musical presentado en Broadway en 1965. La versión original la cantó el actor que dio vida al Quijote, Richard Kiley, y es una melodía tan popular que ha sido interpretada por varios de los más grandes: Frank Sinatra, Elvis Presley, Placido Domingo, Rolando Villazón, Sarah Connor o The Carpenters. Y claro, por los chicos del noticiero 31 Minutos.

27 de marzo de 2011

Covering "Eye of the Tiger"

Hoy, entrando justo en la edición dominical del blog, un nuevo "covering", uno muy especial. Se trata de una de las canciones más famosas y simbólicas del rock en inglés y de paso del cine y acaso de algún arte más: "Eye of the Tiger." La versión original, ya lo saben -deben saberlo, gente-, es del grupo estadounidense Survivor, y la que hoy comento aquí es de Chiara Mastroiani, y forma parte del soundtrack de la película Persépolis.

Pero, como dijera Jack, vámonos por partes. Primero, hablemos un poco de la original. La verdad es que, aunque soy fanático de casi toda la música de esa época, los de Survivor no se encuentran entre mis favoritos y no sé si arriesgarme a decir que "Eye of the Tiger" es su única canción destacada. Se lanzó en 1982 y fue parte del disco homónimo y, desde su lanzamiento, estuvo ligada al cine, y de qué manera.

Para no hacer el cuento largo, baste decir que la rola fue pedida a Survivor por los productores de la tercera entrega de la saga cinematográfica de RockyLos de United Artists querían una rola que acompañara las escenas de Sylvester Stallone como campeón y que tocará las fibras de los cinéfilos a la hora de que Rocky se violentara y decidiera volver a luchar. Y los de Survivor les dieron justo eso, consiguieron una canción tan bien lograda que, en delante, ha sido usada varias veces como fondo en los momentos en los que se decide levantarse y volver a luchar.

De eso precisamente, de esa utilidad como canción motivadora es de donde seguramente se valió Chiara Mastroianni -una reconocida actriz y cantante francesa- cuando Vincent Paronnaud, director de Persépolis, le pidió una canción para el momento en que Marjane, personaje central de la película, se levanta de un letargo y decide retomar su vida. El filme -animado, por cierto, y fascinante- tiene todo él un ambiente a la vez lóbrego y divertido. En esa diferencia sutil, apenas perceptible, es que se mueve toda la película y gran parte del trabajo lo hace la música.

El soundtrack es cortesía del francés Olivier Vernet y tiene melodías muy parecidas, cada una identificada con algún estado de ánimo del personaje. En el caso del cover a "The Eye of the tiger", el resultado es mágistral pues se respeta la esencia de la canción (o sea, Rocky luchando, Rocky campeón) y se le añade de manera sutil el ambiente de la película. Eso que decía, la sensación a la vez lóbrega y divertida, está en la canción y es su principal encanto.

Acá la verdad es que no me haré la clásica pregunta de si es un buen cover ni si supera al original porque creo que aquí pasa algo distinto: son dos grandes rolas, que cumplen el mismo objetivo. Eso no es nada fácil de lograr, al final Rocky III y Persépolis presumen tener la misma rola cumpliendo el mismo sentido, y en ambas funciona de maravilla. Y, si uno toma las cosas ya a modo personal, es decir, escuchar las rolas para levantarse el ánimo, habrá momentos en que la versión de Survivor -la versión "violenta", digamosle- nos gustará más y otros, claramente más tristes, será la versión de Mastroianni -digamosle, a ésta, la "tranquila"- la que levantara las ganas.

Ustedes dirán si acierto o no en esa conclusión. Acá tienen "Eye of the Tiger", la versión de Survivor, en el video original:



Y la de Mastroianni, completa, directa del soundtrack:



Y, como bonus especial, la divertidísima e improvisada versión que aparece en la película, spoiler alert de por medio: