5 de agosto de 2009

Fernando Palomo: un retrasado y justo homenaje

El pasado seís de junio, la selección mexicana inició un nuevo proceso con Javier Aguirre al mando y enfrentó a la "discreta" selección de El Salvador. Lejos del resultado de aquel partido, quiero referirme a esa fecha para hablar de la polémica que se desató en los medios de comunicación previo al partido y, sobretodo, a la que enfrentaron los periodistas de ESPN David Faitelson y Fernando Palomo.

El primero un experimentado comentarista que pasó largo rato en Televisión Azteca junto a José Ramón Fernández y que siguió a éste último cuando, expulsado feamente de la televisora del Ajusco, fue bienvenido en una de las mejores cadenas deportivas. Autor de interesantes reportajes conocidos como "el color" y, sobretodo, de agudas y polémicas, aunque no siempre certeras críticas.

El segundo, un periodista y narrador salvadoreño que desde muy joven narra partidos para la citada cadena y que, para acabar pronto, es el mejor relatando los juegos de la Liga de Campeones de la UEFA. Cuando no está relatando, está dirigiendo alguno de las capsulas de ESPN o formando parte de soberbios debates en distintos programas.

Pues bien, este par de periodistas no pudieron hacer a un lado los sentimientos por su país a la hora de hacer una previa del partido que enfrentaría a México con El Salvador y brindaron, a lo largo del programa "Cronómetro" (conducido por Faitelson), una discusión memorable . Sin embargo, la verdad es que quiero aprovechar la discusión para hablar de uno de sus participantes. Quiero, pues, usarla de pretexto para hacer en este blog un merecido homenaje al que me parece uno de los mejores periodistas deportivos de habla hispana.

En aquella aguerrida discusión, Faitelson, fiel a su estilo aventado y casi irrespetuoso, arremetió sin más contra el fútbol salvadoreño (y contra su afición) y le considero mediocre e inexistente. Señaló que México no debería temer ante un "partido de tramite" y una selección con un nivel lamentable, olvidandose acaso de que tenía enfrente a un salvadoreño y de que lo que decía era una obviedad que sólo lo mostraba carente de argumentos para discutir una previa a un partido de fútbol que debía jugarse y no tramitarse.

Palomo, que suele ser bastante sensato y mesurado, interrumpió al mexicano. Le calló. Y no con una grosería, ni con un contrataque que criticara algún aspecto del fútbol mexicano defendido por faitelson. Ni siquiera desmintiendo lo que decía su hómologo. No, Palomo demostró que el periódismo no es de echar pleito sólo por echarlo y ganar rating (algo que, hay que decirlo, hacen Faitelson, Albert, Medrano, y otros más) al hacerlo, sino de debatir los argumentos con mejores argumentos. De, en términos vulgares, darle la vuelta a la discusión.

Así, el periodista salvadoreño omitió los ataques a su equipo y afición y, en respuesta, comentó que los suyos están ante una oportunidad de mostrarse mejores ante el mundo (como en efecto lo hicieron) y, de paso, exhibir a un fútbol mexicano carente de calidad (si, tambien eso) Con una humildad envidiable, y con una seguridad admirable, Palomo añadió que sí México veía el partido como un tramite, un juego más ante un cuadro "inexistente", entonces él no entendía porque su prensa le daba tanta imporgtancia y le dedicaba, por ejemplo, programas completos.

Con eso Faitelson no tuvo más que decir y sólo siguió defendiendose por inercia o necedad. Al final, Palomo tuvo su "tiempo fuera" y, con firmeza, repitió lo anterior y agregó que México teme que un equipo pequeño lo exhiba como lo que no es: un gigante. Entonces, Faitelson, que ya estaba más sarandeado que un pescado mazatleco, dejo a un lado su falsa faceta de periodista y tomó la de argüendero -que le queda más- para decir, con un ademán de las manos: "uy, mirá como tiemblo, Fernando."

Y él, sobrio, respondió: "sí, hoy tiembla México David, ante El Salvador." La discusión fue dura, se subió de tono y el salvadoreño en ningún momento hizo la afrenta personal, en ningún momento la sacó de lo deportivo y, más aún, de lo estrictamente futbolistíco. Jamás ofendió a nadie, ni a los jugadores, ni a la afición, ni al país. Y, por si eso fuera poco, jamás olvido que su labor estaba en polemizar a favor de la discusión, argumentando, y no sólo contestando.

En cambio, Faitelson hizo la discusión personal en un par de ocasiones, ofendió sin siquiera darse cuenta en varias ocasiones a los jugadores y afición salvadoreña (incluso al país, dandose el lujo de omitir "El" de el nombre de El Salvador, como si fuera lo mismo decir Méxica que México), así como al propio Palomo. Y sobretodo, discutió por discutir, evidenciado su pobreza periódistica y exhibiendose de la manera más lamentable ante un Palomo que salió grande de ese programa.

No, que va, estoy mintiendo, de allí no salió grande. Ya lo era, aquella discusión sólo le sirvió para demostrarlo. México teme que un equipo pequeño lo exhiba como lo que no es, un gigante, tal y como le paso a Faitelson... aunque bueno, en este caso no se enfrentó a ningún pequeño así que, sólo por ese pequeño detalle, le perdonamos el ridiculo.

En fin, les dejo abajo el video con la discusión y aprovecho para disculparme por la demora en escribir en este blog, sin embargo, he andado un poco corto de ideas y ha sido precisamente la casualidad la que me ha llevado a encontrarme este video que no podía dejar pasar sin comentar.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente Articulo