30 de enero de 2011

Recomendaciones del mes (enero)

Hoy, la entrada dominical se dedicará a algo parecido a lo que ya hice con aquella suerte de premiación de lo mejor y lo peor de año pasado. Y así como aquella tiene toda la intención de volverse una entrega anual, ésta se volverá una entrega mensual (de la última o la primera entrada del mes en cuestión) que recomiende un libro, película, canción, videojuego y cualquier otra cosa que lo amerite. Ojo, no es como aquella una premiación de lo mejor y lo peor del mes, sino una simple recomendación de algo que haya tenido oporunidad de conocer, revisar o hasta recordar en el mes en cuestión. Dicho tal, acá van las recomendaciones de enero:

Libro del mes. Sueño Profundo (Tusquets Editores, 2009), de Banana Yoshimoto. No tenía el gusto de conocerla pero en la cuarta de forros de la edición de Maxi Tusquets Antonio Lozano dice que comparte "... un universo fronterizo con el de Haruki Murakami...", lo que literalmente me obligó a comprar el libro. Lozano no sólo tiene razón, sino que olvida decir que a ese universo -realismo mágico, si ustedes quieren- Yoshimoto le pone un lindo toque femenino -femenino, no feminista, por favor- y consigue relatos profundos y sensibles de historias bastante comunes.

Pelicula del mes. El turista (The Tourist, 2010) Vale, ya va, que tampoco es la gran cosa pero pues casi no vi peliculas este mes y esa fue la más decente. No es buena, no, pero es muy entretenida. Depp logra una buena actuación sin el más minimo esfuerzo, Jolie hace bien su papel -el mismo de siempre, por cierto, nada dificil- y la trama se vuelve entretenida, con buen humor y con un final, aunque predecible, bien logrado. Veanla, pasan un buen rato.

Canción del mes. "Temeridad" (Olimpo Cárdenas) La escuche cuando regresaba en Metro de la universidad, cortesia de un vagonero que la anunciaba junto a otros exitos de boleros. Cuando una rola empieza meláncolica y dice "ayer era tu amante enternecido, hoy sólo soy tu amigo de ocasión", uno no tiene más que disfrutarla y, acaso, sufrirla (oiganla aquí)

Vieojuego del mes. Call of Duty: Black Ops (Activision, 2010) Una nueva entrega de la saga Call of Duty que, nuevamente, cumple con honores. La historia está locochona pero buena, sobretodo la reaparición del personajazo de Viktor Reznov. ¡Ah!, y J. F. Kennedy matando zombies junto a Castro y McNamara, no tiene madre, ¡fantástico!

Y creo que, para las primeras recomendaciones del primer mes del año, es suficiente. Ojala puedan verlas y dar su opinión. Hatsa mejor ocasión.

27 de enero de 2011

De Daniel Day-Lewis y 2 escenas prodigiosas

Spoiler Alert: Si no han visto la película There will be blood, continúen la lectura de esta entrada bajo su propio riesgo. Se recomienda, de hecho, haberla visto antes de leer esto.
Hace un momento que entré a Youtube vi en los vídeos sugeridos por la pagina uno que me llamó poderosamente la atención. Se titulaba: "Two reasons why Daniel Day-Lewis won the Oscar" ("Dos razones por las que Daniel Day-Lewis ganó el Oscar", que pueden verlo aquí), lo abrí y me encontré con un vídeo que cumplía una idea que había tenido yo hace tiempo para este blog y que había venido postergando hasta hoy que, motivado por el citado vídeo, me animo a ejecutar. Se trata de un simple elogio a la actuación de Daniel Day-Lewis en There Will be Blood (en España llamada Pozos de ambición y acá Petróleo Sangriento), usando como apoyo tres escenas prodigiosas de esa película.

Primero, el trailer de la película:



El filme me fue recomendado por la que entonces era mi jefa en el INEHRM. pues en aquel momento investigábamos el boom petrolero de inicios del siglo XX y ella consideraba que la película lo retrataba fielmente. Lo que olvido decirme era que, de paso, la película era una maravilla, la opera prima de Paul Thomas Anderson que injustamente, a parecer mío, no mereció el Oscar a mejor película ni a mejor director. Sin embargo, Daniel Day-Lewis, el actor principal, si se llevo el Oscar al mejor actor y, por lo que recuerdo de las criticas de aquel año, ni una sola voz se alzo en contra de ese premio.

Sencillamente, nadie podía oponerse ante una actuación tan perfecta como la que consiguió el inglés en There will be blood. A mi muy particular gusto, no he visto mejor actuación de ningún actor más en película alguna. Day-Lewis consigue hacerse completamente a un lado y regalarnos 120 minutos de Daniel Plainview, un personaje, por lo demás, fantástico.

Ahora, dando por sentado que ya han visto la película -para eso era el spoiler alert del principio- o bien que no les interesa verla, me tomaré la libertad de presentar y comentar el par de escenas que, a mi gusto, le garantizaron el Oscar al actor britanico. La primera nos presenta a su personaje, Daniel Plainview, un petrolero ateo, visitando la Iglesia de la Tercera Revelación -comandada por Eli Sunday- para hacerse bautizar.

Es la primera batalla entre ambos personajes, Plainview acepta un bautizo de Sunday a cambio de que uno de los feligreces le deje construir un oleoducto, mientras que el padre aprovecha para humillarlo frente a sus creyentes y hacerle ver sus pecados y sus faltas morales para expulsar al demonio de él y vanagloriarse ante su iglesia. Si bien la escena es portentosa por parte de Day Lewis, tambien lo es de Paul Dano -quien tampoco fue nominado a mejor actor de reparto-, y ambos logran una secuencia extraordinaria:



Y la segunda escena es precisamente la última de la película. Uno de los finales más memorables que recuerdo, sino el que más. La segunda batalla entre Sunday y Plainview, ahora el primero pide ayuda a cambio de ofrecer un territorio rico en petróleo. Plainview acepta pero le pide que admitir ser un falso profeta y que Dios es una superstición -confesión cierta, claro está, y que quiebra al personaje-, lo que Sunday acepta a regañadientes gracias a su urgencia económica.

Lo que sigue es simplemente fascinante -hay una palabra en inglés que lo define mejor: "breathtaking"- y concluyente. La venganza de Plainview, la humillación de Sunday, ambas con la misma intensidad. Obligado a decir que todo lo que ha profesado es un engaño, a gritarlo con el mismo convencimiento con el que defendía el propio engaño, Eli Sunday se denigra ante Plainview y al final este, dueño de la situación, le confiesa que ese terreno ya ha sido drenado y se lo explica claramente, como a un niño chiquito, para luego consumar su burla y su venganza. Es, sin más, prodigiosa, disfrutenla:



Es cierto que el tema de ambas escenas es el mismo y es digno de una reflexión de este blog, la verdad prefiero dejar las cosas así, como un simple elogio a las escenas y sumar esa reflexión a la lista de pendientes junto a aquella de la Ciencia Ficción moderna. Baste sin embargo les diga que ese tema, esa rencilla tan especial -y tan bien encausada- de Plainview con los creyentes y supersticios, es de lo que más me fascino de la pelicula.

Así dicho, insisto en que la idea de esta entrada es que, si ya vieron el filme, recuerden estas escenas y las disfruten por su tremenda calidad. Sin embargo, sino la han visto, igual deben considerar que las escenas por si solas valen muchìsimo y, creanme, valdrán más cuando la vean completa.

22 de enero de 2011

Covering: Y volveré (Los Angeles Negros)

Mañana toca entrada del blog, sin embargo, como mañana son también las finales de conferencia de la NFL y seguro no haré otra cosa que verlas, he preferido adelantar hoy la entrada de mañana y hacer una edición más del "Covering" -que prometí se volvería un tipo de entrada habitual-, es decir, de comparar y acaso criticar una nueva versión de alguna melodía clásica o reconocida. Para esta ocasión le toca a la rola "Y volveré", de Los Ángeles Negros, cuyo cover es hecho por Los Bunkers.

La melodía es una de las piezas más extraordinarias del género romántico y es obra del compositor francés Alaín Barrieré, aunque fue traducida y arreglada para su versión en español por el chileno Germaín de la Fuente. Él, por si no tienen el gusto de conocerlo, es precisamente el vocalista del grupo chileno Los Ángeles Negros, uno de los más emblemáticos y destacados representantes de la balada romántica.

Fueron ellos precisamente los que estrenaron la melodía en cuestión y ellos los que la hicieran famosa en todo el mundo o, por lo menos, en el de habla hispana. "Y volveré" fue lanzada en 1969 como parte del álbum homónimo que, sobra decirlo, fue el segundo de la agrupación y uno de los que más éxito dio. La canción tiene el que fue el sello característico del grupo chileno: la voz de Germaín de la Fuente, no sólo por su calidad vocal, sino por el sentimiento que le imprimía siempre y que vuelve a sus melodías muy apropiadas para cuando uno quiere cantar a pecho abierto junto a las debidas bebidas que le motiven.

Por su parte, el cover a la canción está hecho por Los Bunkers, un grupo de rock también chileno bastante famoso en la última década. En su disco Vida de perros de 2005, se añadió un CD virgen y se dio a los compradores un código electrónico que pudieron canjear por 3 canciones extras que podrían después grabar en el disco. Entre ellas estaba el cover que hoy comentamos, mismo que fue lanzado luego como sencillo en 2007.

Ahora bien, momento de resolver la pregunta clave y las a ella implícitas: ¿es un buen cover?, ¿supera al original? La respuesta más directa es que sí, es un buen cover, un gran cover. Lo que hicieron Los Bunkers con su versión fue una suerte de tributo a un grupo que para ellos como para tantos chilenos debe ser emblematico. Así, se dejaron de payasadas como modernizar o actualizar la canción y a cambio la respetaron tanto que, literalmente, hicieron una nueva versión de ella.

Si supera o no al original me es difícil decirlo porque la original tiene ese encanto que da la voz de Germaín de la Fuente, sin embargo, la versión de Los Bunkers se esforzó mucho en tener el mismo sentimiento y pese a que la voz de Álvaro López no es tan destacada, cumple. Creo, de hecho, que va más allá del simple hecho de cumplir e incluso de resultar mejor o peor, estamos ante una melodía que no sólo sobrevivió a una nueva versión, sino que, por decirlo así, se mantiene viva gracias a la nueva edición.

Actualmente el vocalista original de Los Angeles Negros ya no canta debido a que ya no tiene la voz para hacerlo, sin embargo, la agrupación sigue existiendo y para tal fin han buscado un nuevo vocalista que hace las veces del primero en las presentaciones en vivo. ¿Por qué digo esto?, para intentar aclarar mejor lo dicho en el párrafo anterior: pese a que la voz del nuevo vocalista es muy parecida a la de Germaín de la Fuente y las melodías le salen bien, si me piden elegir entre escuchar en vivo "Y volveré" con los nuevos Ángeles Negros o con Los Bunkers, prefiero a estos últimos.

Claro está, si las opciones fueran Los Bunkers o los originales Angeles Negros, cambiaría mi decisión o buscaría hacer trampa y escoger ambas cosas. Así pues, concluyo: Los Bunkers han conseguido hacer una nueva versión de "Y volveré" que resulta decorosamente fiel a la original, tanto que uno puede escuchar cualquiera de las dos con el mismo goce y apenas notando la diferencia. Sin embargo, la decisión final y la aprobación de esta afirmación la tienen ustedes y para eso les dejo, como siempre, los vídeos de las dos versiones.

Primero, la original, de Los Ángeles Negros:



Y finalmente, claro, la de Los Bunkers:

20 de enero de 2011

Sobre nada y escribir

Hoy es jueves. Sí, es día de entrada del blog. Lo olvidé por completo hasta ahora que, por una suerte de inercia abro la página de Blogger para revisar si hay nuevas entradas de otros blogs a los que soy asiduo seguidor. Así que de pronto me acuerdo, una nueva inercia me hace pulsar "nueva entrada" y llegó a esta pantalla sin tener idea sobre que escribir pero, curiosamente, con unas barbaras de escribir sobre algo, lo que sea.

Pienso entonces en abandonar, en cerrar la ventana y dejar el día sin entrada y preparar algo especial para el domingo, empero, no la he cerrado y sigo escribiendo en ella. Ya va, a pensar, ¿sobre qué escribo? No, no se me ocurre nada. Quizá sea buen momento para reflexionar, para no hablar de nada y pensar hacía afuera, y dejarlo por escrito.

Y, al releer mi primer párrafo se me ocurre ya de que hablar y librar esta entrada. Escribir, hablar sobre escribir, sobre las ganas de escribir. Esas que digo "ganas barbaras" de escribir, me contraponen, como si de repente no las sintiera, como si mi largo día no fuera precisamente una incesante lucha contra las ganas de escribir y volver palabra impresa tantas historias.

Pienso lo dicho y no puedo evitar concluir que las ganas barbaras quizá se refieran a otra cosa. Más bien, a otro tipo de escritura, no a ésta informal y descuidada que redacto con cierta facilidad, sino a aquella que tanto me gusta pero tanto trabajo me cuesta hacer y tan mal me resulta. Cuento, novela, relato, literatura. Pura, perfecta.

Hace ya cierto tiempo que, tras leerme, decidí que no volvería a escribir ni una historia más porque éstas no resultaban con la mínima calidad que esperaba de ellas y porque se volvían cada vez más aquella literatura simple -y casi diría barata- que tanto odio leer o siquiera ver publicada. Prometí que no volvería a escribir un cuento hasta que confiara lo suficiente en que la calidad resultante no estropeará una historia que en mente era buena.

Algunos colegas sugirieron que la medida era un error, que no debía hacerlo y que en realidad si hacía buenos trabajos con mis relatos. Yo, por supuesto, ignoré tales consejos y lo seguiré haciendo pues mi desencanto es mas fuerte que su comprensión. Mantendré mi promesa e intentaré combatir esas ganas y esa ansiedad literaria desde este blog -que, por cierto, para eso y no otra cosa existe- que mantengo ahora con tanto esmero.

Sin embargo, no puedo negar el temor a resistir a la tentación. Si es así, ya tengo la solución: escribiré de nuevo y para ello me haré una promesa aún más fuerte: será una última oportunidad. Esperaré una buena historia, la pondré sobre el papel y será ella y sólo ella la que decida si escribo de nuevo aquella literatura o mantengo este blog como una suerte de medicación.
Como me gusta decir en estos casos. Amanecerá, y veremos...

16 de enero de 2011

¡50 entradas!

Señores, lectores, curiosos, amigos y despistados que alguna vez han caído en este blog, permitanme anunciar con bombo y platino que el mismo llega, con esta, a sus primeras 50 entradas. Y, como en todas las conmemoraciones, haré en ésta una suerte de recorrido por ellas para recordar qué y de qué se ha escrito en este blog.

El Blog de Esaú Jaimes nace un 14 de diciembre de 2008, es decir, hace poco más de dos años, sin embargo, su historia se remonta un poco antes, a el espacio de Windows Live que tenía y que cerré para darle su lugar a este. La primer entrada oficial (pues aquella del 18 de diciembre fue sólo una presentación) se dedicó a alabar la obra de un tal Élmer Mendoza, un autor que entonces conocía apenas y que hoy en día es justamente reconocido como uno de los mejores del panorama literario mexicano.

Desde entonces, el blog ha deambulado por muchos temas y en él se ha escrito de bastantes cosas, tanto de aquellas que me gustan como de aquellas que estaban en boca en su momento. Según el resumen de etiquetas, cumplidas sus 50 entradas el blog le ha dedicado 13 de ellas a asuntos personales, algo que visto así parece excesivo y egoísta, de no ser porque he procurado que las entradas no se vuelvan un diario ni una saga de confesiones sino un relato de asuntos personales que lleve a reflexiones más abiertas. Precisamente hablando de reflexiones, el blog ha hecho 9 de ellas hasta ahora, sobre muy variados temas.

La música estuvo presente con 8 entradas mientras que el cine le siguió con 7, volviéndose así los temas más concurridos y, de paso, los más comentados. El deporte y la historia, mis dos pasiones después de la literatura, han tenido en buena participación con 4 y 3 entradas, respectivamente. Sin embargo, es precisamente la literatura el tema que estuvo más presente con 7 entradas exclusivas, la entrada del cuentacuentos y por lo menos la mitad de las reflexiones y las entradas personales relacionadas con ella.

Finalmente, las entradas se completan con temas de los que me sorprende haber hablado tan poco pese a que me interesan y gustan demasiado, a saber, videojuegos y astronomía, que sólo tienen una entrada. Lo mismo que política, lo que allí si no me sorprende pues bien saben que no es un tema que me guste ni que encuentre particularmente interesante en comparación con otros.

En fin, pues, que en el blog se ha hablado de todo desde aquella entrada de Méndoza. Se reflexionó sobre el fin de un ciclo cuando abandoné mi beca en el INEHRM. (ya va, pues, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México), se alabó a Julio Florencio Cortázar en el mismo día que un desorientado lo criticó, se señaló a una escena de Gears of War 2 como la mejor en la historia de los videojuegos y se innovó con un podcast para hacer un cuentacuentos que se estrenó con una historia de Leonora Carrington. Idea, por cierto, que prometí seguir con más cuentos y a la fecha no he hecho.

También se habló del merecido oscar póstumo a Heath Ledger por su versión del Joker, y de la película "El curioso caso de Benjamin Button", se reflexionó con especial lucidez sobre el amor y el odio y sobre los libros y mi afición a ellos. En la música, una entrada anunciaba el concierto de AC / DC en México y otra lo aplaudía, mientras una más hacía un elogio de "Don't stop me now", de Queen.

Hablando de elogios, hubo varios de ellos, como aquel a la versión de Los Fabulosos Cadillacs a "Strawberry Fields Forever" o el hecho a Snoop Dog y Poddighe por sus covers de "Riders on the storm" y "L.A. Woman." También, claro, el hecho a Bicho (sí, claro, el del video de "Contigo no, Bicho) o al valor ciudadano de la madre de un chico asesinado en Cd. Juárez por el crimen organizado y que hizo frente al mismo Calderón para recriminarselo. Y no podían faltar el elogio de despedida a José Saramago o el aplauso a "Yo México", fantástico espectáculo de luces montado en el Zocalo capitalino.

Pero el blog también se puso serio, reflexionando sobre qué celebramos de la Revolución Mexicana; poético, hablando sobre "El Cantar de los Nibelungos" o sobre Manuel Acuña; reflexivo, al citar el fantástico discurso de el pálido punto azul de Carl Sagan; y divertido, recopilando las frases del "Batuta" (el de "Rudo y Cursi", claro está), compartiendo el video del aficionado tigre que llora o aquel de Frank Sinatra y Dean Martin iluminando el escenario, o reflexionando sobre la sinceridad de la cebolla.

En fin, que ha habido de todo en estas primeras 50 entradas del blog de las que, sobra decirlo, me siento muy orgulloso. Sin embargo, como toda buena conmemoración -sí, sí es indirecta al bicentenario y centenario- no basta con recordar lo ocurrido y celebrarlo, sino que debe hacerse un compromiso por mejorar las cosas y que el próximo aniversario sea aún mejor. Así pues, cumplo con esa parte del compromiso y prometo mejorar en todo lo posible este blog. Por lo menos prometo, ahora sí, publicar pronto la segunda entrada del cuentacuentos.

Finalmente, la celebración no estaría completo sin los debidos agradecimientos, mismos que dedico a todos los lectores, comentasen o no, terminasen o no la lectura de una entrada, pero que se tomaran la molestia de pasar sus ojos por el blog. Gracias.

¡Felices 50 entradas!

13 de enero de 2011

Xavi e Iniesta: genios incomprendidos.

El pasado 10 de enero la FIFA entregó los premios a lo mejor del año, incluido el Balon de Oro al mejor jugador. Si bien hace un mes el organismo rector del fútbol recibió duras críticas por la designación de las Copas del Mundo de 2018 (Rusia) y sobretodo de 2022 (Catar), esta vez no quedó exento pues, sin demeritar la labor de Lionel Messi, el jugador premiado, la prensa no ha estado del todo de acuerdo con el galardón. La verdad es que yo tampoco y por eso escribo al respecto en esta entrada.

No juzgo que el premio se entregara al argentino pues estoy consciente de que es el mejor jugador del mundo y lo merece, sin embargo, si me parece sensato enunciar porque no debió recibirlo o, mejor aún, porque otros debieron hacerlo en su lugar. De hecho, para ser justo, esta entrada es más bien lo segundo, un resumen de razones por las que los españoles Xavi Hernández y Andrés Iniesta merecían ganarlo más que Messi.

El Balón de Oro, según se deduce de sus entregas pasadas (aún cuando France Football entregaba uno y la FIFA otro antes de unirse este año), reconoce al jugador que, además de exhibir un fútbol notable, consigue éxitos con su equipo o con su selección. Si no es así, uno no entendería que Fabio Cannavaro (2006), Lothar Matthäus (1990) o el propio Zinedine Zidane (1998) lo ganaran en años mundialistas.

Así dicho, la edición de este año debía premiar a un jugador que además de ser exitoso en su club, tuviera un desempeño destacado en la Copa del Mundo de Sudáfrica. Bajo ese parámetro, Messi, que no tuvo un mal mundial pero no destacó en él, debía excluirse de la lista en sus primeras etapas y ceder ante otros que si cumplian ese perfil. ¿Quienes?, por ejemplo, Wesley Sneijder (campeón de liga, copa y Liga de Campeones de Europa con el FC Internazzionalle y subcampeón del mundo con Holanda) o Diego Forlán (campeón de Europa League con el Atlético de Madrid y cuarto lugar del mundo con Uruguay)

Sin embargo, lo cierto es que hay dos futbolistas que merecen especialmente estar en la lista y, de hecho, formaron junto al argentino la terna final por el Balón de Oro: Xavi Hernández y Andres Iniesta. Ambos presumen, a nivel de clubes, lo mismo que Mesi, pues lo ganaron junto a él pero, a nivel selección nacional, ambos son campeones del mundo. Campeones del mundo, se dice fácil, pero para conseguirlo, hay que ser tan esplendidos como ese par.

Messi es claramente el mejor jugador del mundo, el tipo que recibe todos los aplausos y que hace maravillas cuanto tiene el balón en sus pies, sin embargo, no hay que olvidar que Balón de Oro no sólo premia eso, sino que reconoce al que es el mejor jugador en ese año y Messi, ante tipos como Xavi e Iniesta -e incluso Sneijder o Forlán-, no tuvo un año tan meritorio.

Desde la prensa hay rumores de que Messi tiene un contrato con una marca que a su vez tiene contrato con FIFA y de allí, de los éxitos mercadológicos, se explica el premio. Yo me niego a creer eso -pese a que FIFA ha dejado bien claro que, de elegir dinero a méritos, prefiere el dinero- pues se trata de un jugador en verdad notable, sin embargo, a cambio prefiero defender, desde mi trinchera, por que el premio debió caer en pies españoles.

Andrés Iniesta es uno de esos jugadores que, además su enorme capacidad como futbolista tienen esa chispa, ese encanto; un jugador que hace equipo, desde el vestidor hasta el campo y que luego se rinde a él como un hincha más. Recuerdo mucho la última eliminación que el Chelsea sufrió a manos del Barcelona en la Liga de Campeones, un partido que narró el espléndido Fernando Palomo y que se definió por un gol tardió de Iniesta. Aquella vez, Palomo se quedó sin palabras y sólo gritó "¡Cerebro, cerebro, cerebro Iniesta!", una y otra vez (pueden revivir ese momento en este video)

Aquellas palabras se me quedaron grabadas y nunca, nunca más volví a ver Iniesta como un jugador más. Él es el cerebro del Barcelona, y él es el cerebro de España. La capacidad que tiene para convertir una posesión en una oportunidad de gol es fantástica, y más lo es que lo haga sólo con un toque de primera intención, un recorte o una simple finta. Me dirán que eso es justamente lo que hace Messi y yo les diré que no es cierto, porque Messi hace lo que sigue, es decir, ejecuta la oportunidad de gol luego de que cerebro Iniesta la ha creado.

Y si Iniesta es el cerebro, entonces Xavi Hernández es, sin decir más palabras, el alma del Barcelona y el alma de España. Messi podrá ser el talentoso, el mago, pero lo que hace Xavi va más allá de simple magia e ilusionismo, da equilibrio, mide los tiempos y las velocidades, circula la pelota. Siempre he tenido la especial sensación de que tipos como Xavi te arman equipos, que la posición que juega es la más complicada y la que más exige inteligencia y visión. Creo, y algunos me dirán que exagero, que Messi, Ronaldo, Robben y compañía son tipos reemplazables: talento por talento, magía por magia; mas hombres como Xavi son insustituibles.

Cuando el español se retire del Barcelona y de España, lo peor que ambos equipos pueden hacer es buscar un sustituto, alguien que haga lo que él hacía: no van a encontrarlo jamás. Lo de Xavi es tan único y especial que si uno se pregunta por que el club catalán y la selección española tienen un juego tan vistoso y preciso, la respuesta está en que ambos se basan en el juego de su número 8. Por eso, porque el tipo es, más que un mago, un jugador único, es por eso que me molesta especialmente que no le dieran el Balón de Oro en el año que más se lo merece.

Creo, a manera de conclusión, que el premio entregado a Messi deja un gran sinsabor. Se siente forzado, obligado a reconocer los aplausos que el argentino desata mientras deja en una suerte de sombra el trabajo de sacrificio que otros como Xavi e Iniesta hacen. Mientras Messi se confirma como el mejor del mundo, sus compañeros se conforman con ser considerados genios incomprendidos. Aunque, honestamente, siempre he admirado más a los genios incomprendidos que a los ídolos reconocidos.

9 de enero de 2011

Tron VS Tron: Legacy

En la anterior entrada prometí que en ésta habría una reflexión de la Ciencia Ficción y su curiosa decadencia tras el avance de la tecnología, sin embargo, pospondré esa promesa. La razón es muy simple: para aquella entrada vi Tron: Legacy sin haber visto la primer Tron, con la idea de comentarla hoy y que eso me llevara a la reflexión, empero, lo cierto es que la pura comparación de ambos filmes basta para cumplir con la entrada dominical.


Primero, la conclusión evidente: Tron supera a su secuela por mucho, pero por mucho. Si la secuela por si misma resultaba lamentable excepto por los efectos y otras cosas -lean el post anterior, pues-, compararla con su antecesora la deja en muy mala posición pues aquella es una obra fantástica de Ciencia Ficción que lamento haber tardado tanto en conocer.

Pese a que, vista desde hoy, todos y cada uno de sus efectos de animación resultan risibles y limitadisimos, lo cierto es que lo último que hice fue reírme de ellos ante lo sorprendente que resultaba una obra tan bien planteada. Además, para 1982, cuando se estrenó, los efectos debieron ser innovadores.

Mas, dejando eso a un lado, hay que hacer aplausos para la historia de la película. Es más, creo que si para Tron: Legacy en lugar de hacer una secuela hubieran hecho un remake, idéntico, una simple modernizaron con los nuevos efectos, tendríamos una extraordinaria película este año. Sin embargo, como Disney decidió hacer una secuela y arruinar la original, acá haremos un ejercicio de comparación para ayudarles a ver su error.

Primero, parece que en la nueva versión intentaron seguir la historia pero a la vez quisieron rescatar las escenas más memorables de la original, no sé si pensando en que las nuevas generaciones las conocieran y las viejas las revivieran. Así, tenemos secuencias casi idénticas como la puerta muy gruesa que se abre de la misma manera y con los mismos diálogos, el viaje hacía el centro del programa maestro -o el portal en la secuela- que termina la película, simplemente, la simbólica escena de Tron alzando su disco con la chica a un lado. A mí, más que revivir las escenas o mostrarlas a los nuevos, me parece una grosera falta de imaginación.

Tron: Legacy es además una secuela en la que sus personajes no cuadran con los originales. No sé como el Kevin Flynn desparpajado y divertido de la original se vuelve el tipo relajado, temeroso y hasta espiritista de la secuela. No entiendo de donde Clu, un programa de efímero y más noble que un santo se vuelve un programa casi demoniaco y Tron se convierte en su compañero de maldades. Y, finalmente, no veo la necesidad de hacer que el Sam Flynn de la secuela sea una versión moderna del Kevin Flynn original.

Ahora, otra cosa, la más fantástica. En Tron hay una explicación, loca si quieran, pero la hay, para cada cosa que ocurre. Desde el rayo que desintegra a Flynn para tomar una imagen digital y reconstruirlo (prodigiosa idea, por cierto) hasta la comunicación con el usuario para cargar el disco que destruirá al programa maestro, cada cosa tiene su explicación, mientras que en la secuela tenemos que adivinar cada suceso y, al final, en el improvisado final, creo que cada quien se puede inventar su versión de qué pasó, siempre que añada el "... y vivieron felices para siempre."

Y así me podría seguir con cada escena, personaje y hasta dialogo, pero, la verdad, no es necesario. Si ya vieron Tron, estoy seguro que estarán de acuerdo conmigo y hasta tendrán más críticas, y sino la han visto, en verdad, se las recomiendo más que la nueva. He dicho. Aquí, de paso, el trailer:

7 de enero de 2011

Tron: El Legado

Para la entrada de este jueves (si, ya sé, es viernes, pero ayer se me olvidó) voy a hacer en el blog un pequeño experimento: hablaré de una película que vi ayer en el cine y que es una secuela de otra que me prestaron en DVD y aún no veo. En esta entrada criticaré Tron: El Legado (Tron: Legacy, Walt Disney, 2010), una secuela de la pelicula original Tron (Tron, Walt Disney, 1982) que veré mañana y criticaré en la entrada del domingo.

La razón a ésta locura no viene de otra locura, sino de un orden de hechos bastante común. Con motivo del estreno de Tron: El Legado, mi colega Ricardo Saíd me sugirió que fueramos a verla pues el recuerda la primera película de Tron y le genera gratas memorias. El problema es que yo, pese a haber escuchado de la película e incluso tener recomendaciones de ella por gente de muy buen gusto, no la había visto. El pacto fue, entonces, yo vería Tron antes del estreno y luego veriamos juntos la secuela.

Primer problema: Tron no estaba a la renta en ningún Blockbuster. Segundo problema: Tron no estaba en venta tampoco en ningún Blockbuster ni en los changarros de películas del centro. Tercer problema o consecuencia, me fue imposible ver Tron antes del estreno de su secuela. Solución: el mismo día que decidimos ver la película (ayer, pues) mi colega me prestó el DVD tan ansiado y ambos confiamos en que no habría tanta necesidad de haber visto la original para entender la continuación.

Y así, con esa convicción, fuimos a ver la secuela. La primer conclusión, evidente a los dos minutos de película, es que en efecto no hace falta ver la primera para entender la segunda. Luego, se viene el filme completo -no la voy a narrar, ya saben que el blog está en contra de los spoiler alerts- y uno disfruta una excelente animación, unos efectos decentes, una música fantástica (cortesia de Daft Punk), incluso una dirección muy bien lograda del joven Joseph Kosinksi pero, en el fondo, un filme espantoso y que nos dejo un muy mal sabor de boca y ciertamente un sentimiento de decepción.

Además de una escena insufrible en un antro con un personaje odioso (creanme, lo odiaran apenas verlo), del hecho de que la película se llama Tron y Tron es el personaje menos importante y de que se aprovechan de un cliché social como la historia padre-hijo (aunque abusan de eso, a mi gusto no lo manejan mal), la película es mala porque el guión de la misma es limitadísimo. A esa conclusión llegamos mi colega, otro cuate que fue a la función y un servidor.

El guión es cortesia de Adam Horowitz y Edward Kitsis que, para ahorrar las referencias, son parte del grupo responsable de la saga Lost. Este dato no lo conocía al momento de ver la película pero, luego de hacerlo arroja bastante luz pues parece que Horowitz y Kitsis saben como destrozar buenos argumentos con pésimos guiones. Que la pelicula se vuelva predecible es el menor de los problemas de su guión pues es tan limitado que acaba por crear una historia vacia de fondo, unos héroes que uno no acaba de entender por qué luchan e incluso unos villanos que tampoco entendemos que demonios buscan. Incluso da la impresión de que el director se tomó unas libertades con algunos diálogos y escenas muy bien logradas y que no cuadran con el resto de la historia tan improvisada y simple.

Debo confesar que mi colega tanto como yo mismo fuimos con expectativas altas para el filme. El listón dejado por la original parecía ser muy alto (aquí hablo por las recomendaciones y porque el filme, por cierto, es considerado de culto) y el esfuerzo por conseguir alcanzar esa altura parece sobrado en efectos, animaciones, música, dirección y hasta actuaciones, pero cuando el guión, es decir, la guía, el eje, el contenido central de tu historia es tan parco, te queda poco por hacer para evitar que la película se vuelva un bodrio.

La idea -improvisada tras las circunstancias- de ver primero la secuela y luego el original era que pese al efecto que tuviera la nueva película, la vieja le superara y era así un reto para que la secuela fuera una maravilla y aún así se quedara corto. Sin embargo, a la vista de lo ocurrido, ver la versión original se espera ahora con más ansias pues me queda claro que por más mala que sea, tiene una meta muy fácil de superar

Va a ser un lindo ejercicio, ver como algo hecho hace 30 años supera fácil a algo hecho hoy. Me motiva una reflexión respecto a como la ciencia ficción (el genero del filme, por cierto) se ha vuelto más limitada -y mala, para acabar pronto- conforme han avanzado los años y pese a que la realidad se ha vuelto cada vez más parte de un mundo de Ciencia Ficción.

Sin embargo, detengo esa reflexión y la mantengo pendiente. Prometo hacerla si en efecto el filme original supera con creces a la secuela, y tengo fe que así sera. Mientras tanto, les dejo el trailer de Tron: El Legado. Si se animan a verla, haganlo en 3D, los efectos desquitan el gasto y ayudan a mediar los sinsabores de la película.


4 de enero de 2011

Lo mejor y lo peor del 2010

Es cierto que hoy no es ni domingo ni jueves y por tanto no toca entrada del blog, sin embargo, desde la última participación pasaron varios de esos días sin que la hubiera. La razón, sirva ahora de disculpa, fue que tuve que salir y no me dio tiempo de hacer una entrada que cerrara el año. Pensé en escribir una suerte de resumen del 2010 como última entrada y usaré esta entrada para eso mismo, digamos que es a la vez una última entrada del año pasado y la primera de este, una ambigüedad que a nadie hará daño.

Voy a poner en acción una idea que tenía en mente desde hace tiempo y que incluso rondó mi cabeza para este blog el año pasado y no pude concretar. Se trata de un resumen del año como una suerte de premiación de lo más notable y lo más lamentable del mismo según mi perspectiva. Aclaro de una vez pues que se trata de las cosas que vi -o descubrí, oí, leí...- este 2010, aunque no necesariamente hayan sido lanzadas en este año.

Mejor película. El Origen (Inception, 2010) Antes de que fuera a verla un amigo me dijo que era tan buena como Matrix o mejor, por lo que mis expectativas fueran muchas al entrar a la sala de cine.... y se quedaron cortas al salir. Una obra magistral que demuestra que Cristopher Nolan es un director fantástico y de paso un maestro de la buena Ciencia Ficción tan escasa hoy por hoy. Mención especial, por cierto, para Scott Pilgrim contra el mundo (Scott Pilgrim VS The World, 2010), maravillosa y entretenida.

Peor película. El retrato de Dorian Gray (Dorian Gray, 2009) Ni siquiera me voy a detener a decir por qué, es nefasta, no acierta en nada: pésimas actuaciones, horrible, guión, asquerosos efectos de sonido, deprimente soundtrack, y la cosa sigue...

Mejor libro. El fin de la Locura (Seix Barral, 2004), de Jorge Volpi. De nuevo, después de que el señor Volpi me cautivara con En busca de Klingsor (Seix Barral, 2004) hace unos años, vuelve al ataque con otro ejemplo de novela histórica hecha y derecha, ejemplar. Mención especial para Jerusalén (Almadía, 2009), de Goncalo Tavares, y El libro vacío (Fondo de Cultura Económica, 2006), de Josefina Vicens.

Peor libro. La elección es difícil porque realmente no tuve la desdicha de leer un mal libro este año, mas de escoger uno sería Caín (Alfaguara, 2009), de José Saramago. No está mal escrito ni le falta nada, es sólo que es un libro pretencioso, que antepone el morbo a la literatura y eso, eso no se hace. La única mancha en la carrera del maestro portugués.

Mejor canción. "International Love" (Fidel Nadal, 2008) Parte del soundtrack del FIFA 10, donde la escuche por primera vez y me dejo cautivado. La melodía ni siquiera es buena pero, que cojones, cada que abro Youtube la pongo y siempre la repito al menos tres veces. Me encanta (si no la conocen, pueden oirla aquí)

Peor canción. "We no speak americano" (Yolanda be cool, 2010) Sí, es esa, la del "Pa-Panamericano", no recuerdo cuando la escuche por primera vez pero maldigo ese día porque desde entonces cada que salgo he de escucharla y ya me tiene, disculpen el lenguaje, hasta la madre. Y no, no pienso poner un enlace para que la escuchen.

Mejor videojuego. Era, hasta hace dos semanas, FIFA 11 (EA Sports, 2010), por ser el mejor simulador de fútbol que existe, sin embargo, apenas compré y jugué el Starcraft II (Blizzard Entertainment, 2010), quedó bien claro que es por mucho el mejor juego del año. Es cierto que se pasaron de codiciosos al sacar sólo la campana Terran y hacer el juego sólo desbloqueable para jugar en línea pero, aún así, la campaña compensa todo. Fantástica.

Peor videojuego. Lo cierto es que me la pasé jugando FIFA y Call of Duty: Modern Warfare 2 así que había poca variedad pero, de escoger alguno, no hay más, me voy por Fable II (Lionhead Studios, 2008) Venía de regalo en la consola que les compraron a mis sobrinos junto al Halo 3, ellos me lo prestaron, mi hermana lo empezó a jugar, luego me animé yo y, bueno, fin de la historia: es espantoso, en serio, ¿a quién se le ocurrió hacer algo así?

Mejor serie televisiva. Ciencia al Límite (Fringe, Fox, 2008) Si de buena Ciencia Ficción se trata, estamos ante una obra maestra. Es cierto, a veces algo exagerada, pero siempre manteniendo un poco de verosimilitud (por cierto, eso define a la Ciencia Ficción) y con el plus de tener a Anna Torv, que me encantó desde el primer capítulo. Mención especial para Mike & Molly (CBS, 2010), divertidísima.

Peor serie televisiva. V (ABC, 2009) En el lado opuesto, una espantosa ciencia ficción, del nivel más bajo. Tengo el gusto de haber visto la versión original que tenía ese encanto ochentero y era un fantástico reflejo del pavor pavor gringo a la Guerra Fría, en cambio, el remake o actualización o lo que quiera que intentaron hacer el año pasado es una cosa lamentable, grosera.

Y creo que eso es todo, no se me ocurre que más premiar o criticar, aunque estoy abierto a sugerencias. Féliz año a todos, hasta el jueves.