Spoiler Alert: Si no han visto la película There will be blood, continúen la lectura de esta entrada bajo su propio riesgo. Se recomienda, de hecho, haberla visto antes de leer esto.
Primero, el trailer de la película:
Sencillamente, nadie podía oponerse ante una actuación tan perfecta como la que consiguió el inglés en There will be blood. A mi muy particular gusto, no he visto mejor actuación de ningún actor más en película alguna. Day-Lewis consigue hacerse completamente a un lado y regalarnos 120 minutos de Daniel Plainview, un personaje, por lo demás, fantástico.
Ahora, dando por sentado que ya han visto la película -para eso era el spoiler alert del principio- o bien que no les interesa verla, me tomaré la libertad de presentar y comentar el par de escenas que, a mi gusto, le garantizaron el Oscar al actor britanico. La primera nos presenta a su personaje, Daniel Plainview, un petrolero ateo, visitando la Iglesia de la Tercera Revelación -comandada por Eli Sunday- para hacerse bautizar.
Es la primera batalla entre ambos personajes, Plainview acepta un bautizo de Sunday a cambio de que uno de los feligreces le deje construir un oleoducto, mientras que el padre aprovecha para humillarlo frente a sus creyentes y hacerle ver sus pecados y sus faltas morales para expulsar al demonio de él y vanagloriarse ante su iglesia. Si bien la escena es portentosa por parte de Day Lewis, tambien lo es de Paul Dano -quien tampoco fue nominado a mejor actor de reparto-, y ambos logran una secuencia extraordinaria:
Y la segunda escena es precisamente la última de la película. Uno de los finales más memorables que recuerdo, sino el que más. La segunda batalla entre Sunday y Plainview, ahora el primero pide ayuda a cambio de ofrecer un territorio rico en petróleo. Plainview acepta pero le pide que admitir ser un falso profeta y que Dios es una superstición -confesión cierta, claro está, y que quiebra al personaje-, lo que Sunday acepta a regañadientes gracias a su urgencia económica.
Lo que sigue es simplemente fascinante -hay una palabra en inglés que lo define mejor: "breathtaking"- y concluyente. La venganza de Plainview, la humillación de Sunday, ambas con la misma intensidad. Obligado a decir que todo lo que ha profesado es un engaño, a gritarlo con el mismo convencimiento con el que defendía el propio engaño, Eli Sunday se denigra ante Plainview y al final este, dueño de la situación, le confiesa que ese terreno ya ha sido drenado y se lo explica claramente, como a un niño chiquito, para luego consumar su burla y su venganza. Es, sin más, prodigiosa, disfrutenla:
Es cierto que el tema de ambas escenas es el mismo y es digno de una reflexión de este blog, la verdad prefiero dejar las cosas así, como un simple elogio a las escenas y sumar esa reflexión a la lista de pendientes junto a aquella de la Ciencia Ficción moderna. Baste sin embargo les diga que ese tema, esa rencilla tan especial -y tan bien encausada- de Plainview con los creyentes y supersticios, es de lo que más me fascino de la pelicula.
Así dicho, insisto en que la idea de esta entrada es que, si ya vieron el filme, recuerden estas escenas y las disfruten por su tremenda calidad. Sin embargo, sino la han visto, igual deben considerar que las escenas por si solas valen muchìsimo y, creanme, valdrán más cuando la vean completa.
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