En uno de esos azarosos viajes que se consiguen con tiempo de sobra y una ventana de Internet con el Youtube abierto, me topé con una melodía que hacía mucho no escuchaba y que reconocí desde el primer acorde: "José Pérez León", de los Tigres del Norte.
No, no es una canción buena. Nada parecido. Ni siquiera me pondré a discutir, como ocurre en los comentarios del video (en YouTube, claro), sobre si es o no un cuadro extraordinario de los sufrimientos de los mexicanos que cruzan al otro lado y mueren en el intento, o de la crudeza y gravedad de tal problema. Nada de eso. Por el contrario, lejos de polémica alguna, me limito a compartirles una canción que me amenizo un poco mí aburrida tarde. Sólo eso.
Con las salvedades señaladas, les dejo a continuación el video con la melodía y enseguida la letra por si les entraron ganas de cantarla. Digamos, simplemente, emulando al Blog de Dieter, que es "La rola de hoy"
Él era un hombre de campo
oriundo de Nuevo León,
tenía apenas 19 años
su nombre: José Pérez León
Tenía un primo lejano
que de mojado se fue
al poco tiempo le envió un telegrama
diciendo ven pronto José.
Pues un trabajo le habían encontrando
distando algodón como él
Y se fue, y se fue
ahogando el llanto en el adiós
con su mujer.
Se fue sin saber,
que de ese viaje ya jamás iba a volver.
Pobre José
Cuando llegó a la frontera
con Willy se entrevistó.
Era el pollero más afamado
y astuto de la región.
Le dijo Pepe hoy estas de suerte
mañana te cruzo yo.
La madrugada de un viernes,
en una vieja estación,
30 inocentes pagaban su cuota,
entre ellos, José Pérez León
y sin dudarlo a todos metieron
en el interior de un vagón.
El tren cruzo al otro lado
casi 7 horas después
fue cuando el aire empezó a terminarse
y ya nada pudieron hacer,
nadie escucho aquellos gritos de auxilio
y la puerta no quiso ceder.
Uno por uno se fueron cayendo
y así falleció el buen José
Y se fue, y se fue
a cruzar el cielo con sus ansias de crecer.
Se fue sin saber,
que ya su esposa un hijo suyo iba a tener.
Pobre José
Así termina la historia, no queda más que contar
de otro paisano que arriesga la vida
y que muere como ilegal,
de aquel José que mil sueños tenía y que a casa
jamás volverá.
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